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En menos de diez años Polanquito se ha convertido en un referente para salir de trabajar con la seguridad que encontrarás una amplia oferta de lugares para reunirte con tus amigos. Una de esas opciones es Bistro Bèc, un lugar que nació con las mesas llenas, buena comida, música y una terraza que invita a disfrutar del atardecer o una linda y fresca noche de primavera.
Su propuesta gastronómica nos ubica en Francia, y quién mejor que el chef de cuisine Pablo Bernal para llevarnos de la mano. Por azares del destino, Bernal comenzó su carrera culinaria a los 20 años. Nadie hubiera imaginado que, mientras aprendía contabilidad con su hermano en el restaurante Los Danzantes, se enamoró del ruido de los sartenes y cubiertos. Fue así como dio un salto de elaborar nóminas a tomar los cuchillos bajo el mando del chef Olivier Lombard, con quien trabajó por tres años antes de estudiar en la Academia Culinaria de Francia.
Ahora se encuentra al mando de Bistro Bèc, y fue allí donde nos recibió para presentarnos su propuesta gastronómica. Mientras escuchamos reseñas elocuentes alrededor de las alcachofas fritas, la tradicional sopa de cebolla, los estofados clásicos como el boeuf bourguignon y el confit de pato, decidimos seguir la recomendación del chef Pablo Bernal y nos aventuramos por probar el pulpo, que consiste en una combinación de temperaturas que lleva por ingredientes jitomate, cebolla, pepino, jengibre, cilantro, aguacate, vinagre de vino tinto y aceite de oliva, mientras disfrutábamos también de un gin & tonic perfecto.
De segundo tiempo tuvimos el tino de continuar la comida de mar con el huachinango casero y puré de papa en salsa meuniere, hecha con mantequilla, ajo, almendra, limón, perejil, haba y aceituna negra. Mientras nos llevamos bocados llenos de sabor, el chef Bernal nos contaba que Bistro Bèc ofrece también una amplísima carta de desayunos con platillos como el pork belly hash, los huevos cocotte que pueden acompañarse incluso de foie gras, el huevo brouillé con pan de vidrio a un lado y los ya clásicos huevos benedectine.
Entre los sabores de infancia preferidos del chef se encuentran los ácidos como la fresa y la frambuesa, dejando un lugar especial en la degustación de postres al cheesecake de queso de cabra con frutos rojos sin dejar atrás el equilibrio perfecto del tarte tatin.
Entre platillos memorables y una de las terrazas más bonitas de Polanquito, sobran pretextos para cerrar una tarde de amigos después del trabajo o una comida familiar entre semana.
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