Issa Plancarte (@issaplancarte)
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Fui sureña más de la mitad de mi vida y recuerdo que antes, las buenas opciones para salir a comer se contaban con los dedos. Por si fuera poco, los sureños somos animales de costumbres a los que nos cuesta trabajo salir en búsqueda de nuevas opciones para comer, por temor a que no nos vaya gustar. A partir de años recientes, cada vez se van abriendo nuevas propuestas en el rumbo y hay de todo, desde dónde llevar a tus abuelitos a desayunar, o aquel dónde puedes ir con niños y sabrás que comerán bien y estarán entretenidos, dónde echarte unos tragos con nuevas propuestas de coctelería y dónde comer esos sabores de siempre pero pimpeados. Hay un lugar que cumple todas las premisas anteriores y se llama Bonito Pop Food.
El primero lo abrió hace unos años Ramón Orracaen una casona en la Condesa y desde el primer momento, se puso de moda, no sólo por lo agradable del lugar sino porque se comía bien a buenos precios y el servicio era excelente. Ahora abren una segunda ubicación en Avenida de la Paz con una respuesta increíble a los pocos meses de apertura. De entrada, el lugar es espectacular, lleno de luz, amplísimo y sobriamente decorado con apenas unos pocos detalles que destacan. Desde que llegas sabes que la experiencia será buena porque el buen servicio se nota desde la entrada porque hasta el Valet Parking es amable, lo cual en esta ciudad podría parecer de risa pero ya se considera un lujo.
Para empezar, un Chilibiscus, que es un trago con Jamaica, mandarina y mezcal muy refrescante e ideal para abrir el apetito. Como entradas las quesadillitas de plátano macho con mole negro hecho en casa y la gordita de chicharrón prensado con espuma de queso cotija y salsita de árbol son un buen comienzo.
De segundo, una sopa de jitomate rostizado con hierbas finas, parmesano y ¡bombitos!, sí esas galletas que las mamás ponían en la crema de espinacas o la de zanahoria para hacerlas perfectas, provoca el mismo efecto esta versión de Bonito de un clásico. Mientras disfrutaba la cucharada con bombito, me di cuenta que hay un espacio del restaurante dedicado a los niños, donde son cuidados por niñeras y donde cada uno puede preparar su propia pizza y jugar, se ve que lo pasan increíble porque todos los niños del restaurante estaban metidos ahí.
Para acompañar el tercer tiempo llega un Miguelito Fresh Berries con frambuesa, vodka, Cointreau, limón amarillo y refresco de limón sin calorías. Será lo que acompañe a la pesca del día que en este caso es un extraviado con champiñones, albahaca, salsa de vino tinto y una cama de risotto. El pescado está en su término perfecto, en un plato untuoso y generoso, ideal para compartir sobre todo si se quiere tener espacio para un plato estelar: el pollito de leche con polenta y salsa de miel y tinto. El pollito es de esas cosas que te quieres comer con una cobijita, una chimenea y una tele con una buena película, de esas cosas que reconfortan de inmediato.
Para terminar, un fondant de chocolate amargo con helado de vainilla de Papantla y un espresso para terminar de disfrutar la tarde en uno de los restaurantes más bonitos del sur que hace completo honor a su nombre. Visítenlo, es de esos lugares en los que quedarás bien con la persona que lleves y que además, comerás mejor.
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