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Todos como comensales nos hemos enfrentado alguna vez a la incómoda situación de querer que nuestro platillo tenga una guarnición diferente a la que originalmente propone el restaurante o al querer eliminar algún ingrediente. A veces nos topamos con caras largas de algún mesero o con el fastidio del chef que no está de acuerdo con el cambio que pedimos. Bien, hay un lugar donde esto nunca sucede: Food Republic, donde nos cumplen hasta el más loco de nuestros caprichos culinarios.
Esta propuesta es totalmente distinta a las que encontramos normalmente en la ciudad. Su enfoque está en que los comensales participen en la preparación de sus alimentos. Erich Zinzer, diseñó este concepto porque cree que “el cliente está cada vez más acostumbrado a customizar todo lo que le rodea, desde las aplicaciones que quiere usar en su teléfono hasta la forma en la que quiere comer y los ingredientes que quiere usar en cada plato”.
El juego va así: hay cinco productos básicos de la cocina italiana para elegir: pastas, pizzas, calzone, panini y ensaladas. Entre las pastas hay distintos tipos: fetuccini, fusilli, spaghetti o tagliolini. Después de escoger en estos primeros pasos, podemos elegir entre una buena variedad de salsas, desde la tradicional Pomodoro, hasta la de chipotle y otras. Después se pasa a la barra de ingredientes con 130 opciones para acompañar, hay cangrejo de Alaska, aceite de trufa, ralladura de limón, albahaca fresca, etc.
Las pizzas también son armables. Existen cuatro bases distintas, dos con harina refinada y dos con harina integral. La pizza puede tener masa ultra delgada o regular. La salsa base también es elegible, igual que los ingredientes y las doce variedades de queso que ofrecen. Recomendamos la salsa Guara con aceite de oliva, habanero, tortilla rostizada y un toque de limón, es una auténtica locura picante, pero deliciosa.
La belleza en esta oportunidad de elección es que la experiencia puede ser tan sencilla o tan gourmet como se nos antoje. Nosotros tenemos el control. Podemos hacer una comida clásica con la típica pizza Margarita o prepararnos algo espectacular dentro de las posibilidades. Aquí el límite es impuesto por el comensal, quien está al mando de lo que come. Además, los precios no nos espantan la creatividad, cada producto base tiene el precio de 120 pesos y los ingredientes adicionales cuestan 10 pesos. Esto permite que no repitamos sabores en cada visita, aunque también hay un menú fijo para aquellos que no son muy adeptos a inventar platillos. Del menú recomendamos la pizza Estrella con queso burrata, hongo shitake, aceite de trufa negra y arúgula fresca y la pizza de foie gras, con base de mermelada de higo y nueces de castilla. Para hacer una experiencia redonda, cualquiera de los vinos que ofrecen por copeo son buenos.
Food Republic toma su nombre del concepto de democracia, ya que el espíritu de libre elección es el principal motor del restaurante, junto con la misión de consentir al cliente en cualquiera de sus dos terrazas (para fumadores y otra para no fumadores, ideal para una experiencia segura en plan familiar). También pone a disposición un salón privado con pantalla y conexiones, diseñado para reuniones de trabajo de lunes a viernes y transformado en salón para niños los fines de semana.
Aquí todo es personalizado. Cada mesa cuenta con su propio control de iluminación y tiene audio independiente, para adaptarse al gusto de los clientes. Erich dice que su misión es “hacer un restaurante con características metamórficas, donde el comensal decide su experiencia en un ambiente sofisticado”. Después de nuestra visita nos quedó claro que ha sido una misión cumplida.
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