J by José Andrés

El chef español José Andrés forma parte de esa generación de cocineros híper mediáticos como Jamie Oliver, Gordon Ramsay o Mario Batali que han sabido utilizar su fama para impulsar proyectos en los que creen abiertamente, como mejorar la alimentación infantil o erradicar prácticas alimenticias que dañan el ambiente.

José Andrésno sólo es reconocido por introducir a los estadounidenses a la cocina española en sus restaurantes en Washington D.C., es también un ferviente luchador de las causas sociales como el apoyo a los bancos de alimentos, la promoción de cocinas limpias que utilizan energía solar o el impulso a Haití después de haber sufrido el peor terremoto de su historia. Hay muchas cosas que admirarle a Andrés, entre ellas su cocina.

El chef español llegó a Estados Unidos con una mano adelante y otra atrás, es decir, con más cosas en contra que a favor. No obstante, a base de trabajo y esfuerzo se ha convertido en una de las figuras insignia de la gastronomía estadounidense con un buen número de restaurantes distribuidos por toda su geografía. Para su primer aventura fuera de territorio gringo, eligió a México para el lanzamiento de su propuesta. José Andrés es un enamorado de nuestro país, en Washington D.C. su restaurante mexicano Oyamel es uno de los más exitosos de la ciudad.

J by José Andrés es pues, el primer sitio que abre en el extranjero en el icónico W Mexico City en Polanco, un hotel cuya propuesta gira alrededor de la música, diseño y comida como parte de su identidad mundial. El hotel renovó por completo el lugar que ahora ocupa el restaurante, destacan sobre todo los colores icónicos de José Andrés, el rojo encendido, el amarillo y el negro como un guiño a la bandera española. Muchos elementos de su iconografía abundan en el sitio, como el diseño ibérico, la afición de José Andrés por el futbol e incluso, la industria textil española, en forma de zapato Camper que sirve de plato para servir sus famosas croquetas de jamón.

Para su llegada a la tierra del nopal, el equipo de José Andrés realizó una carta exclusiva, en la que realizan su propia interpretación de la unión de las dos culturas. El apartado Spain Meets Mexico es su manera de fusionar dos culturas que han ido de la mano a lo largo de muchos siglos de historia. Un ejemplo es el pargo a la veracruzana, una suerte de tiradito con tomates, alcaparras y aceitunas —tremendamente refrescante y ligero. Si se come seguido del cono de aguacate con corazón de tomate y chapulines, se sabe que el menú será un festín constante de sabores y recuerdos de algo que no se ha comido antes, pero que está ahí, en la memoria esperando a hacer ‘click’.

José Andrés es un fanático de las taquerías y por eso propone un queso fundido con queso manchego, chihuahua, amontillado, pan de cristal, papas, endivias y pimientos piparra. Un auténtico agasajo, parecido a una raclette ibérica. Por último, las ostras gin & tonic son una locura, como la bebida favorita del chef es precisamente el gin & tonic lo mezcló con ostras siguiendo una de las combinaciones más clásicas de la costa española. Funcionan a la perfección.

De segundo nos seguimos con unas gambas al ajillo, uno de sus platos más populares, esos que se imaginan comiendo en cualquier chiringuito playero acompañado de un buen vaso de cerveza para después tirarse al sol y no hacer nada. Después llega la Rossejat negra, un platillo típico de pescadores que se prepara con pasta bien dorada acompañada de tinta de calamar y camarones. Como es de esperarse, todos los fines de semana tienen paella entre sus especialidades, además de un brunch dominical que nos han dicho, ya es uno de los favoritos de la ciudad por su espectacular terraza.

De postre, la opción es sin duda el flan tradicional de mamá Marisa con espuma de crema catalana y naranjas, es como tener los mejores postres de la cocina española en un solo plato. Es ligero y el final perfecto para una tarde en la que la jovialidad del chef y su equipo se transmiten todo el tiempo de forma natural, como si hubieran estado en México por años esperando el momento en el que pudieran mostrar todo lo aprendido.