Issa Plancarte (@issaplancarte)
editorial@queremoscomer.com
“La vida es una combinación de magia y pasta”
—Federico Fellini
Hasta hace algunos años, nuestra idea de comida italiana se limitaba al concepto de cocina italoamericana, con grandes porciones de pizza, parmesano repartido en cualquier tipo de pasta (¡error!) y postres con nutella. Aunque también existían pequeños secretos guardados en restaurancitos con recetas auténticas, la realidad es que hasta hace poco nuestra percepción de comida italiana era más bien agringada.
Hace cerca de año y medio abrió en la esquina de Masaryk y Aristóteles un restaurante de amplios ventanales y abundante luz natural, con distintas maderas y vegetación que logran una sensación de comodidad. Parece que fue creado para disfrutar de los cálidos días en la primavera chilanga.
Dirigida por Thomas Kiefer, La Enotk tiene un objetivo simple: ofrecer auténtica cocina italiana, creada por el chef Salvatore Tassa y ejecutada por los chefs Tobías Teozold y Fabio Bruno. La idea central es que el comensal pruebe platillos que quizás no son tan conocidos aquí, pero que en la península se han consumido durante generaciones.
Como ejemplo, el ravioli del domingo, un platillo surgido de la clásica comida dominical preparada por la nonna y que usualmente consistía en pollo, hierbas y papas rostizadas. El platillo de Tassa –que recomendamos comer con cuchara– es comfort food puro: raviolis rellenos de pollo, montados sobre puré de papas y demiglace de ternera. La pasta es fresca hecha en casa y la salsa te obliga a repasar encima un trozo de pan del día —tomillo y sal, aceitunas, parmesano y ajo o bretzel.
Después comí el pulpo a la napolitana, con tomate, orégano y papas, que el sommelier recomendó maridar con una copa de Valpolicella Ripasso DOC, de la selección de Luca Gardini. Y por último un Diplomático, clásico postre italiano rico en texturas.
Sobre el nombre de La Enotk Thomas Kiefer explica: “En Italia, las tiendas de vino se llaman enotecas, pero nosotros decidimos armar una gastro-enoteca para no sólo vender los vinos en botella, sino darle la posibilidad al cliente de probar nuestra carta de más de 30 vinos por copeo y así crear un maridaje óptimo”. Además, ellos son importadores de vino italiano y, gracias a su buena relación con la mayoría de los productores, pueden comprar directamente etiquetas menos conocidas pero con una extraordinaria relación precio-calidad. Tienen casi 600 etiquetas de vino en carta, de las cuales 450 vienen de Italia.
Kieffer realiza dos a tres veces viajes a Italia para encontrar nuevos sabores y nuevas etiquetas. “En esos viajes visito a mis amigos, entre ellos Luca Gardini —campeón mundial de sommeliers—, quien hizo la selección de todos los vinos que tenemos y quien nos organiza las reuniones con los productores en Italia”, comenta Kieffer.
La Enotktambién organiza distintos eventos. Fueron sede del Best Italian Wine Awards, en otoño rindieron tributo a la trufa con un festival de sabores y en marzo realizarán la Semana de las Plazas Italianas: cuatro días para probar cocina callejera italiana con vinos de la región, con tres opciones distintas (del norte, del centro y del sur).
Ya sea para tomar una copa después del trabajo, para disfrutar de su terraza a medio día y comer auténtica cocina italiana, para comprar algo de su envidiable cava o de los productos importados —como el mejor balsámico del mundo: Giusti, que se produce desde 1605–, una visita a la Enotkes algo que disfrutarás. Por cierto, pide una orden de prosciutto San Danielle cortado al momento en su máquina Berkel. Un agasajo.
SSAM: Epicentro de Innovación Gastronómica en Guadalajara. De la Mesa Coreana a Vía Santa Fe
El arte de comer hamburguesas
Festival de asados y parrillas por primera vez en CDMX.
Necesitas estar registrado para utilizar este servicio.