Issa Plancarte (@issaplancarte)
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Cuando escuchas el nombre Porfirio algo se detona en tu memoria, un nombre fuerte, que implica poder y el invocar una leyenda mexicana. Eso es lo que buscaba Grupo Anderson’s al nombrar su primer restaurante fine dining con un concepto totalmente mexicano. Hace ya dos años y medio abrieron la primera ubicación en Polanco y debido a su éxito abrieron tres más en Altavista, Arcos Bosques y Miami.
Nos recibe el gerente Daniel Godoy para presumirnos su lugar, con mucha emoción y orgullo. Inicia la tarde con el servicio de bienvenida que consta de tostadas horneadas con sal y limón y un poco de todo para picar que consiste en un dip de frijol cremoso con tocino y queso fresco, ensalada de nopales a la mexicana y seis salsas de distintos picantes —incluyendo la clásica “la maldita” con chile habanero. Como el día es caluroso, pedimos algo de su extensa barra fría como la degustación de ceviches que consiste en un trío de pescado, camarón y pulpo, aguacate y cilantro.
Desde el principio nos queda clara una cosa sobre Porfirio’s: el servicio y la atención al cliente son su prioridad. Incluso ofrecen el clásico servicio de cava personalizada para cada cliente que lo demande, algo que no se ve muy a menudo en nuevos restaurantes. Si se prefiere hay también coctelería especializada en tequila y mezcal con más de 100 etiquetas en conjunto con distintas mezclas como mandarina, tamarindo, mazapán o chocolate abuelita.
Para continuar la tarde llega el carrito de esquites y elotes, el cual es literal el clásico carrito callejero con todo lo necesario para preparar uno en la mesa al gusto, desde mayonesa, crema, queso y hasta el famoso ‘chile que no pica’. Al respecto nos cuenta Daniel Godoy que cuidan mucho la presentación de todos sus platos, porque es algo que la gente disfruta y se lleva grabado en la memoria. Un ejemplo de esto son los tacos de canasta que se presentan en una bicicleta miniatura con ocho piezas (papa con chorizo, frijol y adobo). Hay también quesadillas, tlacoyos, huaraches con arrachera Angusy gorditas que se hacen a la manera tradicional con tortillas hechas a mano. Para hacer un maridaje callejero ad hoc hay también una variedad de refrescos tradicionales como Chaparritas, Lulus, Yoli’s. Boing, Pascual o si se prefiere un mini vitrolero con aguas frescas.
Como nos quedamos enamorados de esas tortillitas recién salidas del comal, nos seguimos con unos taquito del queso María Sabina, un tamalito de queso de cabra y queso oaxaca envuelto en hoja santa con un espejo de salsa morita. Recomendamos también pedir el queso al cilantro, otro de los ya clásicos del lugar. Y lo mejor está por venir: los tacos del chamorro al horno y sus ya famosas costillitas al horno que son espectaculares.
Recomendamos guardar un espacio para el postre para disfrutar un clásico raspado callejero en la mesa con carrito incluido donde cada quien puede prepararse el suyo al gusto; la charola de merengues y gaznates; las fresas con crema y merengue hecho en casa y la pièce de résistance: el carrito de camotes asado y plátano horneado.
Porfirio’s es el lugar ideal para disfrutar en grupo, ya sea con amigos o en familia. Los fines de semana tienen un increíble servicio de ludoteca para niños con pedagogas profesionales que incluye un circuito cerrado en el que los papás pueden monitorear en todo momento qué hacen sus hijos desde la comodidad de su mesa.
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