Maíz para beber

Comer y beber forma parte del ciclo de vida de los seres humanos. Los alimentos son cómplices de batallas, éxitos, pérdidas, y, en muchas ocasiones, guerras. Para vivir hay que comer y para comer hay que vivir. En este sentido, el atole desempeña un papel importante en la vida social y cultural del mexicano que además de nutrirlo, lo acompaña en cualquier momento relevante de su vida.  

Es una bebida que reconforta en situaciones de tristeza, exalta la alegría, consuma matrimonios, y ayuda a pedir perdón. México, Guatemala y otros países de Centroamérica lo consumen desde épocas prehispánicas. Originalmente su preparación se limitaba a una mezcla de agua azucarada, posteriormente la canela, la vainilla, el anís, el cacao, las flores y los jugos de frutas la convirtieron en una bebida variopinta y única en su tipo. Ya sean endulzados con piloncillo, miel o azúcar, preparados con leche o agua, están los de zarzamora, ciruela, coco, fresa, vainilla, plátano, guayaba, chocolate, piña y nuez hasta de chile, epazote, habas, y frijol.

Todos ellos parten de un atole blanco hecho con nixtamal y sin azúcar.

Con la cáscara de cacao se elabora el atole negro; con chocolate, el champurrado, del maíz tostado, canela y azúcar nace el pinole. También hay de pepita, de maíz de teja, de changunga, de aguamiel, y de flor de San Juan, por mencionar algunos.

Con atole, un matrimonio exitoso

 El matrimonio es el inicio de un nuevo ciclo de vida, representa compartir experiencias, caminar a paso distinto, pero sincronizado. Aprender a transmitir amor a través de una bebida. Para las mujeres de  Tarecuato, Michoacán es tarea primordial saber preparar un atole perfecto o de lo contrario no podrán casarse, garantizando así estabilidad y éxito en el enlace.

Desde los doce años se les enseña elaborarlo, con la intención de asegurar buena fortuna el día de su boda. Un día después de la unión, la madrina es la encargada de verificar que la joven sepa a la perfección el arte del atole, si no será regresada a la casa de sus padres. 

Después de la primer noche a lado de su esposo, la joven tiene –como en toda familia-un reto muy grande: complacer a la suegra, pues antes de que se levante, ya debe estar elaborado el atole. La suegra lo prueba para dar su visto bueno, si no está bien preparado, y con la autorización de la madrina, se anula la boda y la novia se regresa a su casa. 

Para beber y convivir

 Por otra parte, el atole, por sus propiedades nutritivas, es un alimento completo, pues satisface el hambre y la sed de agricultores y sembradores. Sentarse debajo de un árbol a beber una taza de atole, se convierte en un momento de convivencia y comunicación.

Es un hecho que la comida de los pueblos está vinculada a su cultura. Comer y beber no sólo es acto biológico, es un acto cultural.

¿Y tú sabes preparar atole?