Platillo delicado de preparar, de gran capacidad nutrimental y con amplio abanico de opciones resultan ser las ensaladas, según los nutriólogos siempre deben contener hojas de lechuga, pero los chefs con su creatividad han demostrado que las pastas también son ingrediente base de una rica ensalada remplazando así a dicha verdura.
Presentada como entrada o como guarnición de un plato fuerte, la ensalada es rica en vitaminas, minerales y, cuando se le agrega carne y/o alguna leguminosa, en proteínas, además es una alternativa recomendable para la cena debido a su fácil digestión.
Su secreto es mantenerla lo más fresca posible, y en la correcta preparación y distribución del aderezo, el cual puede ser aceitoso o cremoso pero siempre ácido para darle ese sabor característico lleve o no lechuga.
Si se desea con lechuga debe creársele una textura crujiente al momento de prepararla sumergiéndola minutos antes en agua fría pero por poco tiempo de lo contrario las hojas se ahogan produciendo que se marchiten y pierdan su encanto.
Para degustarla, una ensalada puede ser acompañada de agua sea simple, de frutas, horchata o de jamaica para mantener su carácter saludable. Si está algún chile presente entonces una cervecita se recomienda ya que sus burbujas calman el picor de éste sobre la lengua y al tener carne de res como el salpicón, pues un vino tinto o vino blanco si es de algún pescado como el atún. Fuente: Lula Martín del Campo- Restaurante AURA.