Recorrido restaurantero y cultural por el sur del D.F.

Un barrio con  calles empedradas y empinadas,  plazoletas llenas de arte,  jardines extensos y aire que huele a convento, flores y algodón de azúcar. Así es San Ángel. Sus casas tipo colonial de ladrillo o pintadas con tonos azules, naranjas y amarillos, reflejan la arquitectura, con aires afrancesados y esencia mexicana, que predomina en toda la zona.  Es un rincón pintoresco de la ciudad de México. Siglos de herencia alimentan sus avenidas y calles.

Lugar predilecto de la clase alta en la Nueva España, ,ya que la zona era un verdadero edén: grandes extensiones de árboles frutales, flores y espacios verdes eran abastecidos por el río Magdalena.

Hoy por hoy, es una zona que se encuentra conformada por una serie de colonias que de manera conjunta brindan de diversidad y contrastes sociales al barrio. Está conectada con varias avenidas importantes del D.F, como Universidad, delimita con las calles de Río San Ángel y Vito Alessio Robles, entre otras. Es un centro de comercio muy importante, ya que alberga cantidad de restaurantes, boutiques, tiendas de muebles y librerías.

Morral oaxaqueño y arte al aire libre
El recorrido empieza en el bazar del sábado, pero antes debes desayunar, así que inicia con un morral oaxaqueño en La Bella Lula: cecina enchilada con chorizo, acompañada de chicharrón, rajas con crema, guacamole, totopos y frijoles de la olla. Ideal para la gran caminata que te espera. No olvides el café, el jugo y el pan. Ahora sí, camina con la barriga llena.

Cada sábado de 11:00 am a 17:00 pm,  alebrijes, cuadros, zapatos tejidos con estambre, sombrillas en varios colores, chicharroneros, nieves artesanales de limón y fresa, platos de talavera y blusones de manta se reúnen en un mismo lugar, en el patio del Templo de San Jacinto (por ahí cerca de Avenida de la Paz),en el bazar del sábado, una exposición y espacio para el arte y artesanías mexicanas. Una vez que hiciste las compras deseadas y no deseadas, puedes aprovechar para visitar-y pasar por un buñuelo-el Museo del Convento del Carmen, la Biblioteca de la Revolución Mexicanay el pequeño Museo Estudio Diego Rivera.

Comida con arte
Se acerca la hora de la comida, ya hace calor y no estaría nada mal parar y recargar energías, comiendo en D’kiriko un filete de res en salsa de queso manchego y pimienta negra, o si prefieres el pollo, entonces pide el  pollo en salsa de setas y vino blanco. De postre, algo muy ligerito para continuar el recorrido: unas peras al cacerío con helado de vainilla.

Ahora, es tiempo de ir hacia Av. Revolución y visitar el Museo de Arte Carrillo Gil, un sitio que alberga una  importante colección patrimonial. Fundado por el Dr. Álvar Carrillo Gil, un empresario yucateco que comenzó su colección con la adquisición de un dibujo de José Clemente Orozco titulado La Chole (1913-15). El museo cuenta con distintas exposiciones, talleres y ciclos de cine que te activarán la mente, nutrirán la pupila y el alma.

Leyendas y avellanas
El sol se oculta y todavía hay mucho por recorrer. Toca el turno a La Casa Blanca, propiedad de los condes de Opalaca, la cual sirvió de cuartel a las tropas invasoras en 1847, durante la Guerra que Estados Unidos hizo a México. Está ubicada en la calle Hidalgo No. 43., en su fachada ostenta un escudo de armas. Según la leyenda, dice que don Lope, un enamorado, dio su promesa de matrimonio a doña Giomar, dueña de la casa. Varios años después, doña Giomar murió, pero su espíritu ronda por la casona esperando que su amado regrese y la ame como lo prometió. La historia invita a comer algo calientito y reconfortante, así que después de visitar esta casa, ve a la Taberna del León por una crema de calabaza de castilla al cognac con avellanas caramelizadas. Ideal para cerrar este día de recorrido cultural y restaurantero por las calles de San ángel.