Lugar y comida muy buenos, pero actitud regañona del capitán Héctor demerita todo lo bueno. Imposible tratar reservación con él. Sugerencia: disfruten sin pensar que existe el concepto de servicio al cliente.
Muy rico, buen sazón, el pecho de ternera, guacamole, camarones al ajillo, la paella, los aderezos y sobre todo los postres una delicia, la tarta de santiago, pastel de almendra, pastel de dulce de leche con cajeta delicioso....