El lugar está lindo, buen ambiente, el servicio lento. El sushi tardó horas en llegar, la calidad y sabor no puedes notar la diferencia entre este sitio y el sushitto, mas que en su elevado precio.Una brocheta de pollo provocó la risa de los 12 asistentes, como una broma, creo que es imposible hacer una brocheta con porciones más pequeñas, un robo,el baño con olor a orina tan fuerte que parece uno de gasolinera de pueblo.Todo el piso y los bordes literalmente bañados de orina. CARISIMO Y MALO.
Qué pena me da poner esta nota, el restaurante, la comida y el servicio del personal son excelentes, realmente se esmeran para atender al cliente, pero cuando el plato de la carta no coincidía con lo servido, pedí hablar con su Chef Edgar Núñez para que me explicara el platillo y lo único que recibí fue una actitud prepotente y nefasta, había ordenado carnitas de pato y me trajeron una pieza rebosada en sala de uvas ??????, pero eso si, lo justificó todo. Al final echo a perder un buen momento.