Salvo por la señorita que nos recibió y llevó a la mesa (muy amablemente) el servicio fue malo, muy malo. El mesero literalmente aventaba los platos sobre la mesa, además de dirigirse a nosotros con poco respeto ("y a ti qué te traigo?"). Con respecto a la comida, los precios son muy altos para las porciones tan pobres que dan, y el sabor es totalmente mediocre. Un lugar más que demuestra por qué es mejor evitar salir a comer. Mesero grosero + comida pobre + precios altos = Aquí está Texcoco.