Independientemente del lugar, que a mi me parece bonito, al probar sus alimentos uno se transalada a un convento poblano donde se saborean los deliciosos platillos exquisitamente preparados con mucho amor, es un sabor simplemente incomparable. Poco importan las tortillas cuando estas degustado una delicia absuluta!
Desde hace tiempo tenía ganas de ir a este restaurant por ser de comida mexicana, y con mucha expectativa llegue a un lugar de total decepción. Mal servicio, por ser un lugar de comida mexicana esperas tortillas hechas a mano (en otros lugares con menos fama lo hacen),pero no, tortillas de tortilleria y frias, mal servicio, arroz quemado (cómo es posible),y al final pides un simple café y te dice, se acabó!!!, se imaginan? En fin, qué lástima porque la ilusión era mucha.
La peor experiencia culinaria en mi vida, servicio lamentable, grosero, casi violento contra los comensales, seguramente contagiados por la zona en la que se ubica, mesas encimadas parece mercado ahí adentro, el baño se encuentra al lado de las mesas y despide olores fétidos, en resumen, una experiencia patética, a un lugar así lo deberían clausurar las autoridades sanitarias.