Mecenas Colectivo
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Fotografía James Caccavo
Algunos de los más grandes autores modernos amaban la comida y la bebida tanto como tú. Agatha Christie, creadora de los misterios de Poirot y Miss Marple, alguna vez admitió que, “Cuando está concentrado en comer, el cerebro debe ser el sirviente del estómago”. Y es por ello que generaciones de escritores brillantes han sacrificado su intelecto por la comida y la bebida.
¿Te sentiste culpable después de comerte ese sundae con helado anoche después de haberte emborrachado con tres martinis? Bueno, el autor Stephen King come una rebanada de cheese cake diario antes de sentarse a escribir, no te sientas tan mal.
Lee algunos de los hábitos de las mentes detrás de tus libros favoritos:
Honoré de Balzac: Es uno de los más famosos adictos a la cafeína de todos los tiempos, bebía alrededor de ¡50 tazas diarias!, también se rumora que solía comer los granos de café solos. Además, tenía una rutina militar de cenar exactamente a las 6pm, ni un minuto más ni uno menos.
Stephen King: Come una rebanada de cheesecake diario antes de sentarse a escribir, también le gusta hornear pan para que su casa huela delicioso.
Kurt Vonnegut: Se sirve un vaso de scotch y agua todos los días exactamente a las 5:30pm.
Truman Capote: Para él, la inspiración venía con un cigarrillo en una mano, y en la otra una taza de café. Por las tardes cambiaba la taza por un Martini.
Agatha Christie: Lo de ella era un poco más extravagante, bañarse en una tina estilo victoriano y comer manzanas.
Daniel Handler (Lemony Snicket): Él es el más sano, lo suyo es agua natural y zanahorias crudas.
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Texto originalmente publicado en inglés. Si quieres conocerlo da click aquí.
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