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Jamás creímos que sucedería, o quizás pensamos que tardaría otros dos milenios más en aparecer. Pero no. La impresora de alimentos es una realidad. Ahora podemos obtener fruta fresca mediante una impresora 3D, creada por la compañía británica Dovetailed.
Se puede elegir el sabor que plazca y hasta crear nuevos sabores, gracias al dispositivo que usa una técnica de la gastronomía molecular: la esferificación. La impresora 3D Fruit Printer usa esta ténica, patentada en 1946 y utilizada por destacados cocineros alrededor del mundo. El zumo se aliña con alginato sódico y se sumerge en un baño frío de cloruro cálcico, lo que convierte la sustancia en pequeñas esferas rellenas del jugo elegido. La textura es parecida a la del caviar.
En unos segundos, la impresora convierte el zumo de fruta en pequeños trozos de la fruta. No consigue crear una manzana o melón entero, pero el consumidor puede disfrutar de ‘frutas’ minúsculas, del tamaño de caviar. Además, esta nueva técnica de impresión, no simplemente permite recrear fruta existente, sino también ingeniar su propia creación. El sabor, textura, tamaño y forma de la fruta se puede personalizar.
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