Prácticas novedosas y sustentables en la producción de café

Para producir café, se utiliza únicamente la semilla, que equivale al 40% del grano. Los otros componentes del fruto de café (también llamado cereza) como la pulpa, la piel y el mucílago, son desperdiciados. El hecho de que se deseche más del 50% del fruto de café provoca dos principales inconvenientes: 1) se pierde un alto aporte de antioxidantes contenidos en el mucílago del fruto, que es cinco veces mayor al contenido de antioxidantes del té verde y 2) se produce contaminación ambiental, pues el proceso para desechar la pulpa y el mucílago de café requiere de grandes cantidades de agua y la mayoría de la veces el agua utilizada se regresa a los ríos de donde se tomó, contaminándolos al generarse CO2 y gas metano.

Ante estos conocimientos y con la intención de encontrar nuevas formas para aprovechamiento del grano cafetalero completo, Juan Carlos Jaramillo y Andrés Ramírez, un par de emprendedores colombianos se dedicaron a realizar estudios profundos sobre los procesos del café para descubrir cómo se puedeoptimizar la utilización del grano cafetalero para sacar beneficio de sus nutrientes y a la vez reducir el impacto ambiental.

En los estudios realizados en Colombia por la empresa Sanadores Ambientales, Juan Carlos y Andrés encontraron que el mucílago del café representa el 13% del grano y contribuye con el 28% de la contaminación generada en el proceso de elaboración del café. Colombia, siendo el tercer productor de café más importante en el mundo, produjo en 2008 15.6 millones de sacos de café de 60 kilos, lo que equivale a 756 millones de kilos de mucílago desperdiciados. Esto significa que el café en Colombia, que representa el 7% de la caficultura en el mundo, contamina 1.5 veces la población del país.

La buena noticia es que la solución fue encontrada y estos colombianos lograron fundar la primera planta en el mundo que produce miel de café con el mucílago del grano de café (normalmente desperdiciado) y jugo de café extraído de la pulpa. Se piensa que con estos procesos se evitará el desperdicio de 600,000 toneladas de mucílago al año y 1.200,000 toneladas de pulpa que no serán vertidos en los ríos y por lo tanto, no contaminarán.