Jugos verdes: la bebida detox sin sufrimiento.

La alimentación saludableya no es una tendencia, es una nueva costumbre que adoptamos como un glorioso buen hábito. La tendencia a consumir alimentos crudos (raw food) está transformando muchos procesos culinarios; el mercado de productos nutricionalmente sanos ha incrementado sus ventas y aparecen o se fortalecen empresas de productos órganicos, que apuestan todo por ofrecer nuevos productos para el alternativo estilo de vida natural.

Hay muchas formas de vivir este nuevo hábito de alimentación saludable: una de ellas es la desintoxicación periódica de nuestro cuerpo. En el sobremesa de esta editorial, Mariana Camarena —nutrióloga mexicana— nos dijo qué es, cómo y porqué es buena la dieta detox y nos recomendó aventurarnos a iniciar enero con puros jugos. Por eso, ahora decidimos experimentar los jugos verdes, que no sonaban nada antojables en nuestras mentes, pero nos incitaron a comenzar el año de forma verde.

I. Maravillas de los jugos verdes.
Los jugos verdes tienen un alto valor nutritivo, son ricos en vitaminas, minerales y fibra, aunque pueden contener hidratos de carbono, potasio, calcio, antioxidantes y sodio. Nos ayudan a asimilar fácilmente todos los nutrientes porque éstos llegan al intestino ya disueltos y la absorción es inmediata. Son ideales para las dietas de purificación y detox porque le damos al cuerpo los nutrientes necesarios sin el esfuerzo adicional que requiere el digerir la comida. Además, con uno o dos zumos al día, estamos consumiendo la cantidad diaria de frutas y verduras recomendada por la OMS. Son un reemplazo de comidas saludables para quienes tienen una vida agitada y ocupada y, si los mezclamos con la fruta favorita de los niños, también resultan ser la forma más sencilla de nutrirlos.

Y si acaso no hemos dicho suficientes beneficios de los jugos verdes, aquí hay otros que tal vez parezcan más atractivos que la simple nutrición: 1) ayudan a mantener hidratada la piel, 2) incrementan la energía, 3) actúan como antioxidantes, 4) ayudan a alcalinizar nuestro cuerpo, 5) previenen enfermedades crónicas cancerígenas, cardiovasculares e inflamatorias, 6) mejoran la digestión, 7) fortalecen el sistema inmune y 8) ayudan a perder peso. ¿Te convenciste de comenzar a tomarlos?

II. Cómo preparar el mejor jugo verde.
No existe la fórmula infalible. Podemos mezclar tantas frutas y verduras como queramos y como la imaginación nos de. Sin embargo, podemos listar algunos buenos consejos: 1) el jugo necesita ser hecho y bebido en el momento, nada de guardar para la mañana siguiente; 2) debe ser bebido en ayuno, pues así el cuerpo absorbe mejor los nutrientes; 3) el desayuno completo —pan, café, huevos al gusto— debe ser tomado dos horas después del jugo verde; 4) recuerda que mientras menos frutas contenga, menor será la cantidad de azúcar consumida; 5) aunque parezca obvio, es bueno recordar que todas las frutas y verduras deben ser frescas, olvidémonos ya de los procesados y enlatados.

Además es importante considerar el modo de extracción que se usará, lo ideal es utilizar un extractor que mastique o triture los vegetales, ya que así se aprovechan mejor los vegetales y frutas. Será bueno evitar los extractores de alta velocidad porque producen alrededor de dos grados Fahrenheit de temperatura, lo que ocasiona oxidación y pérdida de algunos nutrientes. Después de triturar, lo mejor es acostumbrarnos a tomar el jugo con la textura de la fibra, sin colar, esto ayuda a limpiar el cuerpo.
III. Guía rápida para un buen jugo verde.
Probamos esta receta sencilla y nos gustó tanto, que olvidamos por completo el croissant con mantequilla que hubiéramos comido en vez de tomar este jugo verde. Quizás sirva de base para personalizar otras recetas que nos ayuden a enamorarnos de las mañanas verdes. Utilizamos hojas verdes variadas: espinacas, col, perejil, albahaca; algunos germinados: lentejas y frijol mungo; frutas dulces: uvas verdes y manzana; raíces: zanahoria y jengibre y un toque especiado: cardamomo. Además, utilizamos agua helada para combinar todo el licuado y quedó una bebida refrescante y sumamente nutritiva que nos dio energía para muchas horas de actividad.

Sí, la idea de comenzar el día lavando manzanas y hojas de espinaca para luego llenarse del ruido de la licuadora antes de siquiera tomar un café y un pan dulce no suena muy atractivo. Sin embargo, al final del día, de la semana, del mes, o del año incluso, cuando nos damos cuenta de lo bien que nos sentimos y lo mucho que rendimos en energía y humor, sabremos que ha valido la pena el esfuerzo. Quizás ahora comencemos 2014 con mañanas verdes. ¡Salud!