Comida para niños

Lograr que los niños se entusiasmen con la comida saludable es una labor que ha estado etiquetada como “titánica”,  pero la realidad es que vivimos en un mundo donde la imaginación y la creatividad han permitido la construcción de proezas increíbles. Además, los niños están, por naturaleza, más abiertos al aprendizaje que cualquier adulto, por lo que es quizás tarea de los mayores el estar dispuestos a enseñar a los niños el por qué comer bien es tan importante. 

No es necesario graduarse en nutrición para formar niños sanos. Se necesita un tanto de paciencia y seguir algunas reglas básicas que, lejos de ser pasos de receta, son fundamentos que permitirán construir un entorno que fomente a la par la conciencia de la alimentación saludable y el gusto por la comida.

Con la idea de conseguir una guía al respecto, hicimos una encuesta entre padres de familia y conseguimos reunir estos consejos:

1. Hacer las compras del súper con los niños. No se trata de llevarlos de acompañantes, sino de enseñarles desde pequeños en qué se deben fijar al comprar comida y por qué. Puede ser divertido elaborar la lista del súper con ellos y pasearse por los pasillos analizando los productos. Al final, son los padres los que deciden qué alimentos entran a la casa y mientras menos alimentos chatarra estén en la alacena, menos probabilidades habrá de que los niños se emocionen por consumirlas.

2. Preparar en casa los antojos de los niños. No es bueno prohibir por completo los alimentos chatarra a los niños, pues también deben comerlos para conocerlos y tienen derecho a disfrutarlos de vez en cuando, así aprenderán cómo equilibrar su dieta. Sin embargo, es buena idea que los antojos se preparen en casa en vez de comprarse procesados o en restaurantes de comida rápida. Por ejemplo: si el niño quiere comer una hamburguesa con papas, ésta se puede cocinar de forma casera con buenos ingredientes (sí, incluso las papas fritas, que se pueden hornear en vez de hacerlas nada en un mar de aceite). De hecho, podría convertirse en un espacio para convivir con los niños en la cocina.

3. Dejar que el niño escoja lo que quiere comer y cuánto. Sí, la libertad a la hora de elegir qué comer es muy importante, incluso el niño puede ayudar a elaborar el menú semanal. Por supuesto que mientras exista una buena guía y educación alimentaria, el niño aprenderá a elegir primero lo saludable. Además, mientras en casa haya alimentos sanos, la elección se limitará a solo buenas opciones.

4. Olvidarse de la vieja orden de “dejar el plato limpio”. Es importante que los niños aprendan a escuchar a su cuerpo e identificar cuando están satisfechos, así crecerán con la idea de saciedad muy presente. Claro, también es importante que aprendan a medir sus raciones a la hora de servirse, pues la conciencia del desperdicio va de la mano con este punto. 

5. Invitarlos a experimentar y probar siempre cosas nuevas. Es muy común que los niños digan que no les gusta algún alimento antes siquiera de probarlo, pero decirles: “pruébalo y sino te gusta, no lo vuelves a comer” funciona muy bien para expandir el umbral de experimentación y aceptación en la comida. Al mismo tiempo, hay que evitar prohibirles que prueben algo que se les antojó.

6. Evitar premiarlos con las golosinas. Cuando la orden es: “cómete las verduras y podrás comer pastel de chocolate”, el niño entenderá que el postre es un premio y las verduras una tortura y, cuando crezca, seguirá creyendo que el comer golosinas es algo que le hace sentir mejor. Lo correcto es mantener una postura neutra entre los alimentos que consumen.

7. Invitar a la imaginación al menú. Ser creativos a la hora de preparar la comida. Existen muchos recetarios de cocina para niños con ideas frescas de cómo presentar los platos para que sean visualmente atractivos para ellos. Aquí hay algunas recetas y trucos para transformar una comida sencilla en algo tentador y nutritivo para los niños. También hay bloggeros en todo el mundo que comparten constantemente sus creaciones, como @leesamantha o @food_for_kids.

8. Los niños hacen lo que los padres hacen. El mejor consejo de todos es éste: ser el ejemplo viviente de la correcta alimentación. Si ellos comprenden que comer bien es algo que sus padres hacen, querrán hacerlo también.

9. Involucrarse en actividades comunitarias en pro de la buena alimentación en los niños. Sabemos que la obesidad infantil en México es un problema apremiante, sin embargo existen diversas iniciativas comprometidas a combatirla, como SaludArte, un programa de alimentación saludable para niños elaborado por los grandes chefs de México con apoyo del Instituto Nacional de Nutrición. El Gobierno de la República ha lanzado diversas campañas y ha realizado actividades colectivas que fomentan no solo la alimentación saludable, sino el ejercicio en los niños. También hay escuelas que se han involucrado y comprometido con la causa al eliminar las tienditas llenas de golosinas. Algunas realizan labores loables como aconsejar a las mamás con tips de  menús saludables para los recreos o clases de cocina para los niños, con huertos propios y una educación puntual en el tema de la salud.

En Estados Unidos, por ejemplo, existen varios movimientos que promueven la educación alimentaria en los niños, como Food Revolution, la organización del cocinero británico Jamie Oliver, que tiene como consigna el educar a los pequeños para crear adultos sanos. Se dedica a otorgar comidas gratuitas, conferencias y clases de cocina saludable dirigidas a los niños a través de un camión que recorre las ciudades, visita escuelas y lugares públicos. También está Real Food for Kids, otra organización dedicada a mejorar la alimentación en las escuelas públicas de Estados Unidos.

Este tipo de iniciativas han logrado resultados sorprendentes en su país y se mantienen gracias al apoyo de instituciones gubernamentales, privadas y sobretodo: del apoyo desinteresado de muchos voluntarios comprometidos con la causa. Quizás esto le vendría bien a nuestro país, pero podemos comenzar con mejorar la educación alimentaria de los niños desde casa.