10 platillos para comer en México y sentirse en Colombia

La inauguración del festival gastronómico “Sabor colombiano en su paladar” en el Café Urbano del Hotel Presidente Intercontinental nos dejó picados, así que regresamos a probar el menú completo y a platicar con la chef, Ángela María Gómez Lozano. Te compartimos la experiencia.

Ángela Gómez nos recibió con una sonrisa enorme, irradiando la felicidad sincera que le da cocinar platillos típicos de su tierra. Cuando le preguntamos si la podíamos entrevistar, nos contestó: “¡Encantada! Pero eso sí, primero coman. Yo les puedo recomendar…”. Y nos entregamos encantados a sus sugerencias. (Puedes leer la entrevista con la chef aquí).

1.

Empezamos con una arepa de chocolo (maíz dulce) con queso, uno de los platillos más sencillos y típicos de Colombia, que acompaña todas sus comidas. Podríamos decir que es algo como lo que las tortillas son para nosotros los mexicanos: un acompañante muy querido y sutil, pero indispensable. La comida colombiana no sabe igual sin una arepa.

2. y 3.

Después, vinieron los ceviches: el Cartagenero –hecho con camarón, cebolla, palmitos, salsa de jitomates, limón y cilantro– y el de Pescado Blanco, que fue la primera sorpresa para el paladar, ya que a diferencia de los ceviches tradicionales, éste está hecho con leche de coco. La combinación de sabores tan distintos pero que funcionan bien juntos es un viaje a la playa, a la sierra, a la mesa de casa de tu abuela: todo al mismo tiempo.

4.

Una última entrada antes de comenzar con los platos fuertes, una que resume bien una de las clave de la comida colombiana: la mezcla de sabores dulces y salados. El patacón –trozos  aplanados fritos de plátano verde– iba perfecto con el hogao –salsa de cebolla y tomate–. El sentir que estás saboreando el postre a media comida es como hacer trampa y salirte con la tuya: ¿qué le puede ganar a eso?

5.

Algunos sentimos que sin sopa la comida está incompleta: y es que hay pocas cosas más reconfortantes que un caldo calientito y bien hecho. Y justo eso es el Ajiaco: una sopa cremosa hecha a base de tres papas distintas, pollo y guascas –una hierba típica del país–, que fue el cierre preciso para dar paso a la carne.

6.

Hora de la estrella de la corona: la bandeja paisa. Ángela Gómez nos dijo que este era su platillo favorito de todo el menú: “porque es lo que está en la cotidianeidad de la mesa colombiana, es un plato muy nuestro, muy de lo que yo siento: es sentirse como en un pedacito de Colombia”. La bandeja es un festín: incluye frijol rojo, arepa, arroz, tocino, carne molida, chorizo, plátano y un huevo frito. No hay más que atacar simultáneamente y dejarte llevar por la mezcla y la intensidad de sabores, que a todos nos sacaron la sonrisa más grande de la tarde.

7.

Las sorpresas aún no habían terminado: siguió la Posta Cartagenera, que es carne de res elaborada en cocción lenta en vino, piloncillo y especias, acompañado con arroz y plátanos caramelizados en un refresco rojo típico de Colombia. Lo más impresionante de este platillo es la confirmación de que lo dulce y lo salado son un maridaje complejo de lograr, pero increíble cuando se consigue.

8.

La hora favorita de todos: el postre. Es cuando la conversación se relaja, las bromas fluyen y se cumple cada letra del dicho barriga llena, corazón contento. Como primer postre, probamos el mousse de café colombiano: si eso no es el cielo, no sabemos qué es. La combinación de texturas, cremosidad, dureza y suavidad lo hacen insuperable.

9.

Aunque el merengón le presenta una dura competencia: el merengue relleno de guanábana y adornado con frutas como frambuesas, zarzamoras y estrellas de naranja no se queda atrás. Es como tener una nube en tu boca: súper ligera y que cuando apenas presionas un poco, se deshace.

10.

El cierre perfecto fue el café auténticamente colombiano: su sabor fuerte y su nivel de acidez perfecto nos hizo sentir que, aunque comimos en México, en realidad estábamos en Colombia. Nos sentimos entre amigos, reconfortados y con la felicidad que solo las experiencias nuevas dan.

No tienes que ir muy lejos para viajar: la comida es un vehículo que nos abre horizontes y nos permite conocer personas y estilos de vida. Aprovecha para visitar Café Urbano y descubrir lo mejor de la comida colombiana, sus maravillosas texturas y su inolvidable intensidad.