Issa Plancarte (@issaplancarte)
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De los creadores de éxitos como Comensal, Bistro Bec, La Loggia, La Única y Vesuvio llegaLa Locanda. Al mirar todos esos nombres de restaurantes queda clara una cosa, son lugares con una increíble ambientación, buena comida y excelentes tragos. Es decir, la combinación perfecta para ir con amigos, de negocios, con familia o en pareja.
La Locanda no es la excepción, de apertura reciente en el corazón de la popular y sureña Avenida de la Paz se levanta un sitio con una propuesta de comida italiana rica, sin pretensiones, donde lo único que se busca es la conjunción de sabores clásicos, con los mejores ingredientes. El lugar ofrece dos atmósferas totalmente distintas, como para que cada comensal decida dónde ubicarse, desde el salón clásico que recuerda a una brasseria, hasta la terraza posterior con un techo retráctil que relaja el ambiente.
En el rubro de la coctelería, tienen buenos tragos propios diseñados en exclusiva por el bartender César “Burrín” Ponche, el cual también supervisó la creación de cocteles clásicos italianos como el Negroni, el Aperol Spritz o el Campari Spritz. Vale la pena abrir el apetito con alguno de ellos y relajarse del tráfico de la zona.
Destacan sobre todo sus pizzas que los han hecho famosos, no sólo traen la mayoría de sus ingredientes de Italia, tienen al frente a un pizzaiolo certificado –Manuel Scali– y un horno napolitano Acunto Furni, para de esta manera obtener la certificación de la Associazione Pizzaiuli Napoletani. Recomiendo la clásica Margueritta y la Golfo di Napoli para compartir y disfrutar el sabor máximo de sus ingredientes en una pizza de textura perfecta.
Para aquellos que prefieran los risottos, el de frutti di mare ya se ha hecho famoso apenas al mes de haber abierto el lugar. En el rubro de las pastas –todas son frescas–, la lasagna tradicional es una opción obligada pero para aquellos que buscan sabores más arriesgados pueden optar por los ravioli ripieni di prosciutto e funghi porcini (rellenos de prosciutto San Daniele con mantequilla, hongos, salvia y queso parmesano) o el fetuccine en salsa de langosta.
De postre, no hay nada mejor que cerrar la tarde con un cappuccino de espuma perfecta y un canolli siciliani de chocolate, muy ligerito y nada empalagoso para calmar el antojo dulce. Ya entrados en gastos, no hay nada mejor que además pedir una grappade su carta de digestivos y disfrutar la compañía y el momentito de descanso antes de lanzarse de nuevo al tráfico chilango.
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