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Sentarse a disfrutar de una bebida en el bar deLa Taberna del León nos hace sentir como si nos trasladáramos a otra época en la que el tiempo pasa más lento. El salón engalanado con mobiliario que nos remite a la burguesía europea principios del siglo XX con finos tapices y muebles tallados en madera, mientras el elegante pianista se mantiene absorto ejecutando la partitura de la melodía en turno, entonces uno no puede más que sentirse afortunado. Una práctica muy recomendable antes de tomar mesa -en alguno de los salones o la terraza- para disfrutar de las creaciones de Mónica Patiño, chef propietaria.
Establecido en la Ciudad de México desde hace más de una década, y teniendo como predecesor al original en Valle de Bravo, el que fue su primer incursión como chef propietaria y marcará el inicio de una exitosa carrera gastronómica y empresarial. La Taberna del Leónrepresenta la tradición y abolengo que Mónica Patiño ha marcado en su cocina –las recetas e ingredientes mexicanos en un estilo contemporáneo así como el uso de especias- y aquí nos presenta platillos más clásicos pero con su sello característico.
La Taberna del León maneja un menú fijo con platillos que ya son favoritos entre los comensales asiduos, pero cada temporada Patiño propone las sugerencias acordes con los ingredientes de la estación. Para esta ocasión, invierno 2010, nos ofrece una deliciosa Ensalada de betabel rostizado –de rico sabor ahumado y ligeramente dulce - con arúgula que contrasta por su sabor amargo, y un poco de hierbabuena y queso de cabra. Otra entrada muy acorde es el aterciopelado y untuoso Foie gras con perita pochada al Cabernet Savignon acompañados con pan rústico.
De primero, nos recomienda el Suquet de Alcachofa al tomillo y con almejas blancas –una especie de sopa tipo caldillo- La Pasta corta conuna original salsa pesto, elaborada con nuez de macadamia, almejas y verduras tiernas, es otra excelente opción. Para los que gustan de los pescados sugiere el Bacalao estilo Tía Martha, y el Róbalo relleno de foie, salteado con trufa negra, espinacas y morillas en mantequilla. El pato es otro ingrediente que nunca falta en sus restaurantes y en esta ocasión lo incluye como Magret de pato al horno con salsa de tinto, sobre manzana y portobello con praliné de avellanas. El Coq au Vin es un estofado reconfortante para esta temporada de clima más fresco, cocido como dicta la receta tradicional, varias horas cocido en vino.
Para terminar las sugerencias la propuesta dulce: Cassata Invernal –especie de pastelillo relleno- con turrón de almendra, sobre salsa de chocolate oscuro al whisky. El favorito fue el Higos rostizados –un fruto favorito de Patiño- con helado de albahaca y queso Ramonetti, producido artesanalmente en el Valle de Ojos Negros en Baja California, México. Sólo por no dejar de mencionar, también nos ofrece la Créeme Caramel con helado de dulce de leche, y las Donas con Manzana en Salsa de Piloncillo y helado de Vainilla de Papantla. El servicio como siempre, muy atento.
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