Ruta: restaurantes de comida india en la Ciudad de México.

Es difícil que, estando tan lejos del oriente, encontremos verdadera cocina de la India en México, pues además de que la oferta es escasa, nuestro eterno amor por la carne nos limita al apreciar la verdadera cocina india, pues creemos que todo lo que se come allá es vegetariano. La realidad es que el 80% de los habitantes en la India practican el hinduismo y por lo tanto, no comen carne. Esto ha influenciado significativamente a su gastronomía nacional, pero no han olvidado del todo las delicias de las proteínas animales. Además, en India y Pakistán existen cerca de 1 600 tipos de especias que se utilizan con frecuencia en la cocina y por ello hasta el más humilde alimento puede convertirse en manjar especiado.

Con ganas de descubrir lugares donde se puede apreciar lo más cercano a los verdaderos sabores de la India, hicimos un recorrido y nos alegramos al saber que sí existen lugares dignos de visitarse, donde las especias siguen siendo tan valoradas y respetadas como antaño. Además apreciamos el sutil aroma del arroz basmati y la importancia de los garbanzos, el yogurt natural, las hierbas frescas, las lentejas y tantos otros ingredientes que conforman esta cocina, que además de deliciosa, es sana y con muy bajos contenidos en grasa.

No hubo necesidad de sentarnos en el piso ni de comer con las manos, pero aquí les dejamos los resultados de nuestra búsqueda:

Taj Mahal

Uno de los mejores secretos conservados en la Condesa es propiedad de un par de amantes de la comida, originarios de Bangladesh, India, que contienen en sus platos un admirable compendio de recetas ancestrales de oriente.

Este rincón indio nos transporta al otro lado del mundo con sus crujientes samosas de curry, bañadas con salsa de yoghurt con ligero toque de picor; las carnes y los pescados que se cocinan en hornos de arcilla (llamados tandoor); los arroces (con arroz basmati) y las especialidades vegetarianas, tan cotidianas en la India, envueltas en especias que pueden satisfacer hasta a los más necios carnívoros.

Entre las joyitas culinarias encontramos el beef dhalsak, que es carne de res envuelta en lentejas, con sabor agridulce y un poco picante; el biryani, arroz basmati sazonado con especial mezcla de especias, yoghurt y vegetales (aunque también puede tener carne de res o pollo) y el tarka dhall, un clásico hindú hecho con lentejas y mezcla de especies (garam masala)cocinadas en ghee.

Este es un plato excepcional, suntuoso, aromático y profundamente reconfortante. Y si la comida se acompaña con un poco de naan (pan indio hecho con harina y ghee) mejor. Hay naan con ajo, con cilantro, con cebolla, con pimentón, con ají y con coco y cualquiera puede resultar buen acompañante.

Para beber no hay mejor opción que el lassi(bebida hecha con yoghurt natural, frutas, miel y cardamomo) al que se le puede añadir vodka y para el postre: dicen que el helado de pistache es insuperable, aunque tendremos que probarlo a la siguiente visita. 

Tandoor

Toma su nombre del típico horno cilíndrico hecho de barro, que alcanza hasta los 480ºC y se utiliza  en la India y en Pakistán para cocción de carnes y pan (naan),principalmente. Fue fundado por el chef pakistaní con ascendencia india Riaz Ahmad Siddiqui en 1986 y después de casi treinta años de operación, sigue siendo una referencia de comida india y pakistaní en México.

La decoración del lugar es el primer contacto con el oriente: telas de texturas y colores brillantes, esculturas de elefantes y deidades hindúes, candelabros dorados y un eterno aroma a especias es lo que nos recibe en este pequeño templo de sabores exóticos. La especialidad, como se puede deducir del nombre, es la cocina en tandoor: el tradicional tandoorichicken (pollo con especias) es el especial de la casa y el que ha hecho fama en su trayectoria, pero también hay que probar el pollo Vindaloo (no recomendable para los enemigos del picante) y las vegetable pakoora, que son tortas de garbanzo molido con verduras y más especias. Al final, el estómago termina satisfecho y el paladar exhausto por el bombardeo de sabores, pero vale la pena llegar a los postres: el gulab jaman (bolitas de queso con miel y cardamomo) será un buen final, pero siempre y cuando se acompañe con un chai hecho allí mismo que ayudará a digerir y equilibrar la intensidad de la comida.

Entre proyecciones de Bollywood y un servicio discreto, se sirven porciones bastas que alcanzan para compartir con al menos otra persona y, si acaso queda antojo para llevar estos sabores a casa, están a la venta algunos currys y condimentos.

Casa Elefante

Algunos cuadros de elefantes formados con retazos de telas de diferentes colores y texturas adornan las paredes blancas del lugar, mientras la música india nos sitúa en el ánimo de especias y contrastes. Este es el segundo restaurante de Atik Hosain y su hermano, dueños del restaurante Taj Mahal (Condesa). Cuando llegaron a México, Atik y su hermano vendían ropa hindú y después comenzaron el cumplimiento de su sueño restaurantero que se consolida con este local, llamado así por que el elefante simboliza la abundancia en su cultura.

El chef es originario de Bangladesh y es experto en cocinar el famoso tikka tandoori, que puede ser pollo o res marinado en salsa de yoghurt con garam masala, jengibre, ajo y aceite de olivo y asado en el tandoor. Pero antes de llegar al plato fuerte hay que probar las entradas, perfectas para compartir. La sopa de lentejas(halim) es buena opción, pero las onion bhaji (finos trozos de cebolla sazonados con ghee y garbanzo finamente molido) son una delicia, igual que las samosas de carne o de verduras.

La carta es amplia, se puede escoger entre pollo, res, cordero, camarones o pescado sazonados de diferentes formas:shazlek (mezcla especial de especies ligeramente picantes con yogurt, pimentones y tomates), jalfrezi (salsa de pimientos verdes, cebollas, ají verde y jengibre),masala (mezcla de diferentes especies con crema de coco y almendra),rogon josh (suave mezcla de hierbas y especies, con un toque de menta) y vindaloo (salsa picosa de especias hindúes).

También hay un menú vegetariano del que es difícil escoger, aunque sobresales las saag aloo que son espinacas con papas al curry y las bombay potatoes con el toque espaciado que puede resultar adictivo. Para el postre nos aventuramos con el rasmalai que tiene un sabor un tanto indescriptible, pero muy convincente y cremoso, hecho con una especia de queso cottage de la India (llamado paneer) y aromatizado con cardamomo.

El lugar es discreto en su exterior, por lo que puede pasar desapercibido si se llega caminando por las calles de Polanco, pero será mejor buscarlo, pues es digno de visitarse más de una vez.