Issa Plancarte (@issaplancarte)
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Cuenta Salvador Novo que es a partir del siglo XIX que las cantinas empezaron a popularizarse en la Ciudad de México, sobre todo a partir de la ocupación estadounidense. Resulta fácil saber por qué, son lugares donde se come bien y se bebe mejor, todo por un módico precio.
Las primeras cantinas surgieron hace dos siglos, la primera de ellas la extinta ‘El Nivel’ en el Centro Histórico que fue fundada en 1857 y existió hasta 2008, tuvo la primera licencia para la venta de bebidas alcohólicas del DF. Hoy todavía quedan algunas cantinas del siglo pasado que siguen ofreciendo buen servicio y sobre todo, excelente comida que va llegando a medida que se van consumiendo los tragos.
Estas son algunas opciones de cantinas que vale la pena visitar para echarse unos tequilitas, ponerle dinero a la rocola y echarse unos taquitos.
El Tenampa
El comerciante coculense Juan I. Hernández fundó el Salón Tenampa en 1925. Es con el apoyo del Mariachi Cocula de Concepción "Concho" Andrade y el "Mariachi Reyes" de José Reyes, que se inició en ese año también la tradición musical de la Plaza Garibaldi. Disfrutándola acompañados por su tequila, el ponche de granada o de arrallán o de la bebida de su preferencia.
Desde entonces, los diversos grupos de mariachis han deleitado a la clientela con sus sones, la canción ranchera, la canción bravía y el bolero ranchero, dando lugar a su apogeo en los años cuarenta al desarrollarse la fabulosa Década de Oro del Mariachi en la Plaza Garibaldi. Muchas películas han sido filmadas en su ambiente festivo, donde han participado grandes actores del cine nacional; y muchos han sido también los compositores.
Cantina La Ribera
Se llama La Ribera porque su fundador era asturiano, de la Ribera del Sella. Nació hace ochenta años, cuando empezó siendo un lugar que alojaba apenas nueve mesas y que vendía tortas. Se hizo famosa porque tenía dos cabritos vivos en la entrada, para ostentar la frescura del cabrito –como cuando los restaurantes te muestran peceras con langostas.
Son famosos por su cabrito lechal, el cual se hornea en su propio jugo y se termina en friturera para que esté suave y jugoso por dentro y crujiente por fuera; se acompaña con chiles toreados, caldo de camarón, frijoles, salsa roja de jitomate con serrano y cuaresmeño. Tiene tanta demanda que ostentan el record de haber vendido 700 un Día de las Madres.
El Corro
Se llama así porque su fundador era corredor de bolsa. Está a unos pasos de la Torre Mayor, por lo que es el lugar para oficinistas por excelencia, donde la contadora, el licenciado y el de sistemas se van a echar sus alipuses.
Aunque ofrecen un menú bastante extenso, lo que los hace famosos son sus parrilladas, ya sabes con el paquete tradicional de menú de parrilla con una botella, como para que todos coman y beban por igual por un precio bastante amable.
Salón Niza
Desde 1929 engalana la colonia Juárez en la esquina de Chapultepec y Niza. Con un servicio muy amable conformado por meseros que ya llevan más de dos décadas trabajando ahí en lo que inició como un modesto bar hoy se ha convertido en una tradición de la zona.
Sus platillos más famosos son la botana criolla y la arrachera con guacamole, sencillitos y cumplidores como para seguir echando el dominó y matar la tarde a cubas.
La Polar
La San Rafael tiene a uno de sus huéspedes más distinguidos y famosos: la cantina La Polar y su famosísima birria levanta muertos. Sus fundadores eran de Ocotlán, Jalisco por lo que trajeron al DF su receta infalible de birria que ha hecho felices a miles de chilangos por generaciones.
Además, conservan la bonita tradición de tener mariachi, banda norteña y música versátil para cuando la alegría es tanta que al comensal le da por cantar. Ir a La Polar siempre será buena idea.
Bendita Cantina
Una familia con larga tradición restaurantera decidió incurrir en un nuevo proyecto: una cantina de pueblo adaptada a la modernidad para hacerla más cosmopolita. Digamos que es la versión elegante de una cantina, con salones privados, pantallas por doquier y comida tradicional mexicana.
Entre sus especialidades destacan el chamorro –a elegir entre axiote, morita y en adobo, el molcajete, los gusanos de maguey, el chile poblano relleno de tamal con rajas y cebollas., el chile con pasta hojaldrada y salsa de nuez, arroz con huitlacoche y el carnero enchilado con salsa de guajillo.
Cantina La Piedra
Es la versión fresa de una cantina para acoplarse al rumbo, ya saben, para Polanco. Tiene la bonita distinción de ofrecer un sonido de audio y video muy avanzado en el que cada mesa puede elegir un volumen individual por si quieren escuchar el partido o mejor platicar. Tiene también un salón privado con una pantalla enorme como para ir a ver el Monday Night Football sin ser interrumpidos.
Su menú es cantinero con frijoles, fideo seco, pero como estamos en Polanco hasta taquitos de langosta te puedes echar o unos ostiones ‘piedrafeller’.
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