Dime con qué brindas y te diré de dónde eres.

El año se fue volando, ya no los hacen como antes,  llegó de nuevo esa época maravillosa y complicada y las dos semanas —o cuatro, todo depende— en que tenemos fiesta, tras fiesta, tras reunión, tras comida, tras cena. En México incluso existe el famosísimo maratón Guadalupe-Reyes que va desde el 12 de diciembre hasta el 6 de enero en el que frecuentemente nos entregamos a los excesos en comida y bebida ya después podremos pasar al ascético y estoico Enero de pan y agua para equilibrar el cuerpo y recobrar la forma humana.

Pero bueno, pasemos a lo que nos atañe... ¿qué beben las personas durante las fiestas? pues en realidad la gente bebe de todo... vino, cerveza, cocteles creados para la temporada como el famoso coquito, y por supuesto las bebidas calientes como el ponche hacen su aparición para calentar el cuerpo y brindarle energía,  vitalidad y porque no con un toque de licor alegrar también el alma.
Existen varios tipos de ponches aunque en general consisten de tés de frutas que incluyen muchos cítricos, frutas secas, especies como canela y se combinan con un piquete de aguardiente de caña  o de cualquier otra variedad. En México el ponche tradicional se hace con tamarindo, cáscaras de naranja, guayaba, piloncillo, cirualeas pasas, tejocotes, canela y caña, pero hay tantas recetas como familias en el directorio y es genial llegar a las casas y probar las diferentes versiones . En Estados Unidos se prepara el tradicional poche de huevo o Eggnog hecho a base de leche, yemas de huevo, azúcar, especias y ron.

En países como Alemania se acostumbra beber vino blanco especiado con jengibre, canela y mascabado  que se calienta a fuego medio sin dejar que hierva y después se sirve caliente con un toque de brandy. Argentina acostumbra el ron especiado con canela, clavo, vainilla y anís que se deja reposar 24 horas para que todos los sabores y aromas se mezclen.
En las mesas españolas no puede faltar la buena sidra asturiana acompañada con castañas o en su defecto una buena cava, especialmente en nochevieja para tomar las uvas al compás de las doce campanadas. Esta tradición como es lógico ha sido heredada por varios países en Latinoamérica.

Un buen vino siempre es una excelente opción durante la cena de navidad ya sea tinto, rosado o blanco pues hay opciones para todos los gustos que pueden maridar de manera perfecta los platillos tradicionales que se comen ese día o porque no una buena cerveza —como la Nochebuena que se produce solo en esta época del año— para acompañar los romeritos e incluso el bacalao.

Existe una bebida que encierra en ella todo el glamour, hace evidente su llegada con la salida a presión del corcho y su sonido característico que a lo largo del tiempo ha servido siempre para expresar la alegría y el brillo de las ocasiones mágicas de la vida. Me refiero por supuesto al champagne que pésele a quien le pese sigue siendo la reina de las bebidas cuando de celebrar se trata y que con cada burbuja  lleva los parabienes y la esperanza a los corazones que la beben.

Navidad es esa época del año para abrir el corazón, vaciarlo de los lastres y llenarlo de esperanza, recargar la pila para el nuevo año y compartir con aquellos a quienes amamos. En realidad no importa con qué brindemos pues las opciones son tan variadas como los gustos y presupuestos;  lo que importa es lo hagamos con el corazón y con la firme creencia de que lo mejor siempre está por llegar.

Salud  ¡Felices Fiestas!