Por Yolanda Arellano @unamujerFatal
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Como muchas otras historias de descubrimientos gloriosos, el icewine o eiswein en alemán surgió a partir un evento desafortunado. Aún cuando se cree que las primeras uvas congeladas que se usaron para hacer vino datan de la era de los romanos, el mundo recuerda el invierno de 1874 como su primera incursión en la historia moderna. Cuenta la historia que un productor de vino tuvo que alejarse de sus viñedos y no pudo regresar a tiempo para la cosecha, así que cuando volvió las uvas estaban congeladas en las parras; El hombre decidió usarlas y seguir el procedimiento de producción habitual y fue así como se obtuvo el primer icewine. Al descubrir el sabor ácido, algo complejo, pero muy dulce que se obtiene gracias a la concentración natural de los sabores de la fruta, se dio cuenta de que había descubierto un nuevo vino.
Aunque el icewine surgió inicialmente en Alemania, hoy en día Canadá, y Austria también son importantes productores. Incluso algunos otros países han empezado a aplicar procesos de congelación a las uvas tras ser cosechadas y continuamente experimentan sobre el proceso para lograr obtener este vino.
En la fabricación del icewine se antepone el sabor al rendimiento pues para producirlo se necesita 20 veces más jugo que para los vinos normales y el procedimiento es más difícil, lo cual lo convierte en un producto caro. Durante el proceso de congelación de la uva solo el agua se congela pero los azúcares y otros sólidos disueltos en ella no. Durante la extracción se obtiene un mosto más concentrado pero menos abundante que da como resultado un vino muy dulce con aromas de piedra y ricos sabores exóticos. Generalmente es un vino con cuerpo y en el caso de los tintos se perciben especias y frutos rojos como la fresa. Su contenido de alcohol es relativamente bajo ya que se encuentran en niveles de entre 7 y 12%.
Las variedades que más se utilizan para producir el icewine son Riesling, Chenin Blanc, Chardonnay, Semillon y Cabernet Franc; sin embargo como es típico en esta industria los productores continúan experimentando con otras uvas en la búsqueda de nuevos sabores.
Hasta 1960 los icewines fueron solo vinos bastante selectos en Alemania pero los adelantos tecnológicos en las prensas, en el control de temperatura y otras condiciones que exige hicieron su fabricación menos complicada y así en 1961 empezaron a cobrar importancia y a volverse populares. A medidados de los ochenta Canadá comenzó una importante producción de Icewines y hoy en día ocupa un lugar sobresaliente en esta industria además de haber recibido importantes reconocimientos internacionales como la medalla de oro en el Concurso Internacional de Vinos que otorga Instituto Internacional de Bruselas a la casa Ice House of Niagara por el Northern Ice Vidal Blanc Icewine; medalla que rara vez se concede a un vino y que le ha valido el reconocimiento internacional.
En Noviembre del 2006 Royal DeMaria colocó en el mercado cinco cajas de icewine Chardonnay con un precio $30,000 dólares canadienses por media botella, posicionándose como el vino más caro del mundo.
Los connoisseurs se debaten entre si estos vinos son mejores cuando se consumen jóvenes o si el añejamiento los hace aún mejores ya que el alto contenido de azúcar y su grado de acidez los preservan por muchos años; sin embargo hay quienes se oponen diciendo que el tiempo hace que pierdan su olor afrutado y fresco.
Maduro o joven, alemán, austriaco, canadiense o incluso Estadounidense, el icewine es ideal para compartir en esta época de reuniones con amigos, de sobremesas largas y platillos deliciosos. Así que ya lo saben no dejen pasar estas oportunidades de oro para disfrutar de este regalo que el invierno nos da.
Salud!
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