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Una tarde de amigos, negocios, puros, conversaciones y ron. O tal vez un barco pirata, marineros con piernas de palo, camaradería y litros de ron. O una fiesta, una pareja, canciones de amor y un coctel a base de ron. Una bebida que es mundialmente conocida y que aparece en gran parte de nuestras vidas, pues la encontramos en el cine, la literatura, nuestras vivencias y alguna que otra historia que llega a nuestros oídos, es el ron: el segundo espirituoso más consumido en el mundo con 1.480 millones de litros al año, solo rebasado por el vodka con 4.400 millones de litros al año —según The Economist.
El ron se fabrica en más de cuarenta países, especialmente en Puerto Rico, Cuba, República Dominicana, Haiti, Venezuela, Hawai, en las Filipinas y otros países del Caribe y Sur América, sumando alrededor de cuatrocientas etiquetas. Existen algunas regiones de México en las que también se elaboran rones como en Querétaro, Oaxaca, Chiapas, Mérida, entre otras.
Según The Economist, en la India, en EEUU, en Filipinas y en Cuba son los países donde más se consume. En México ocupa el quinto lugar de popularidad y se beben al año alrededor de 2,461,000 cajas de 9 litros, muy lejos de alcanzar al tequila que ocupa el primer lugar y demanda 8.5 millones de cajas de 9 litros.
Quizás “mojito” sea la primer idea que llega a la mente cuando se nombra al ron, pues es una bebida flexible y versátil en la coctelería —lo cual es bastante bueno—, pero la realidad es que su estructura es mucho más rica, digna de ser disfrutada en su forma pura. Según Omar Hoyer, embajador de Ron de Venezuela, Existen básicamente dos tipos de ron, que casualmente son compatibles con dos distintos estilos de gargantas bebedoras: los rones de cuerpo ligero (light bodied) y los de cuerpo pesado o completo (heavy bodied). El ron ligero, también conocido como sylver o dry rum, paradójicamente es más alto en contenido alcohólico y es el más popular en los Estados Unidos (probablemente Jack Sparrow bebería dry rum). Como estos rones se producen por el método de destilación continua, se elimina una buena cantidad de congéneres que aportan sabor y eso da como resultado un ron suave, con cierta dulzura. Se envejecen generalmente por un año y se denominan “añejo” o “muy añejo”. Los rones de cuerpo pesado son punzantes al paladar y populares en Jamaica y Nueva Inglaterra. Estos rones tienen un fuerte bouquet resultante de su ingrediente básico: el azúcar fermentada. Su proceso es conocido como fermentación espontánea y se distingue por ser particularmente violento y rápido, lo que genera la producción de muchos congéneres de sabor. Usualmente son tan obscuros como la melaza y contienen menos porcentaje de alcohol.
El ron es la mejor categoría de bebida alcohólica por su cantidad de ésteres —compuestos orgánicos responsables del olor y por lo tanto del sabor de muchos alimentos— por litro. Es decir: es una bebida con mucho más aroma y sabor. El vodka tiene 0 mg/lt de ésteres, el whisky 300, el tequila de 400 a 500 y el ron de 600 a 1600 ésteres. Los buenos rones no tienen sustancias adicionales, llámense endulzantes o colorantes, pues el ron se aprecia por su destilado natural y su valor intrínseco.
Para apreciarlo, es importante el color, que está relacionado con el añejamiento, maduración y añejamiento en barrica donde logra estructura y complejidad. Mientras más intenso y oscuro, quiere decir que estuvo más tiempo en barrica. En la brillantez, la transparencia y la traslucidez (sin ningún sedimento) encontramos una buena calidad de ron. Buscamos aromas redondos en los que podremos identificar la melaza, la madera, el café y chocolate. Y en boca: debe ser balanceado, sedoso, aterciopelado o untuoso, agradeciendo la permanencia en boca.
En México, las personas más adeptas al ron rondan los 25-35 años y prefieren primero el ron blanco, después el ron añejo y al último el ron especiado, aunque las historias sobre el ron abundan en el mundo, el tiempo y en la literatura clásica, donde muchas veces aparece como coestelar por ser considerado “la cura para todos los males”. Para ejemplo basta el clásico literario de Robinson Crusoe que cuando cae terriblemente enfermo de fiebre, se cura a sí mismo tomando una infusión de tabaco y ron.
Ya sea en historias de ficción, en catas profesionales o en situaciones comunes de la vida, el ron ha demostrado ser una bebida que brilla por sí sola en una copa de brandy o coñac, pues es mucho más compleja en estructura, sabor y calidad de lo que los cocteles nos dejan apreciar. Así es como se ha ganado de manera justa estar entre las bebidas másconsumidas a nivel mundial.
Fuente: Socorro Elizabeth Varela Domínguez, Directora de República del Ron. Empresa destinada a crear eventos para promover el ron, viajes a través de las regiones donde se cultiva la caña de azúcar y se elabore esta bebida espirituosa y venta y distribución de diferentes marcas de ron.
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