Los vinos de Franciacorta

Este año intentemos algo diferente. En lugar de brindar con champaña y sidra, bebamos los italianos Franciacorta, solo por el gusto de explorar y quitarnos la idea de que la champaña es la bebida más elegante que existe en el universo de los vinos con burbujas.

El italiano Franciacorta es muy parecido a la Champagne francesa: ambos son vinos efervescentes, producidos en terroirs muy parecidos, con uvas muy similares (en Champagne se utiliza Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier y en Franciacorta se usa Chardonnay, Pinot Nero y Pinot Bianco).

Franciacorta, en los bordes del Lago Iseo en Lombardía en el norte de Italia, es tierra con historia vinícola. Desde la Edad Media y gracias a la impartición del conocimiento vitícola de los monjes monásticos en los imperios feudales, se produce vino. Sin embargo, la región es relativamente nueva en el panorama de vinos espumosos. En la década de los sesenta, el enólogo italiano Vittorio Moretti se percató de que el terroir franciacortino era muy parecido al de Champagne y comenzó a hacer experimentos de vino espumoso. En 1967 se produjeron las primeras 1 500 botellas de vino efervescente y, como la experiencia fue exitosa, Franciacorta obtuvo la primera DOCG 'Denominazione di Origine Controllata e Garantita' (Denominación de Origen Controlada y Garantizada) en vinos espumosos de Italia.

Lo aún más interesante viene después, en 2003, cuando Franciacorta se emparejó a Champagne al poder dar el nombre de la región geográfica al método de producción y al vino mismo. Es decir: Champagne es una región vinícola y, como todos sabemos, también es el nombre del vino (ningún vino espumoso no producido en Champagne puede llamarse Champagne) y el método de producción (la champagne producida en Champagne se hace con el método champegnoise). Lo mismo pasa con Franciacorta: el vino Franciacorta solo puede llamarse así si se elabora en Franciacorta con el método Franciacorta. Entonces, Champage y Franciacorta no necesitan tener las siglas DOCG en la etiqueta, pues el solo nombre dice qué tipo de vino es, en dónde se produce y con qué método.

Mencionadas las similitudes entre Franciacorta y Champagne hay que hacer espacio para las diferencias. La región francesa produce cerca de 330 millones de botellas al año, mientras que la italiana se queda en los 13 millones, pues su intención aún continúa siendo la calidad antes que el volumen. De hecho, el proceso Franciacorta es quizás un poco más artesanal. La cosecha es estrictamente hecha a mano, la región tiene 107 viñedos de los cuáles se eligen las mejores parcelas cada año para hacer la producción anual y el añejamiento más corto es de 18 meses en barricas de roble francés, aunque la mayoría se añeja por 24 meses, otros por 30 y hasta 60 meses —mientras que en Champagne el mínimo es de 15. Esto permite que una copa de Franciacorta contenga un poco de al menos 60 viñedos y ofrezca burbujas delicadas, pequeñas y persistentes. Un agasajo.

Existen diferentes tipos de Franciacorta según el contenido de azúcar.

—Non dosato: sin azúcar añadida.

—Brut, Extra Brut, Sec y Demi Sec: los más secos. Son ideales para los brindis y van bien para maridar quesos maduros, carnes frías y sabores potentes.

—Satèn: de uvas Chardonnay y 24 meses de refermentación en botella. Es como un Blanc de Blancs, cremoso y el más delicado. Marida bien con pastas ligeras, verduras y platillos sin picante ni demasiada grasa.

—Rosé: rosado producido en todas las variedades, hecho mayormente con Pinot Noir. Marida muy bien con carnes grasas, pavos, corderos, postres con frutos rojos, quesos y pastas cremosas.

—Millesimato: producido con vinos del mismo años y refermentado al menos 30 meses en botella. Éste está recomendado para beber con los postres, sobretodo si son frutales y especiados.