Issa Plancarte (@issaplancarte)
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Es muy probable que alguna vez hayas escuchado el término “viticultura biodinámica” sin saber exactamente a qué se refiere o porqué algunos vinos reciben ese nombre.
Todo comenzó con Rudolf Steiner, un filósofo austriaco quien fundó la agricultura biodinámica, una filosofía de vida que considera las granjas como organismos complejos que conviven en un delicado equilibrio. Es una agricultura ecológica en la que no se utilizan fertilizantes artificiales, pesticidas y herbicidas. Además, se distingue porque utiliza en su práctica el uso de preparados vegetales y minerales, así como un calendario astronómico de siembra y cosecha. Se trata, sobre todo, de un modo de trabajo autosustentable que parte de la conexión entre la tierra y el espacio.
La práctica, surgida en la primera mitad del siglo veinte, ha recobrado popularidad gracias a los buenos resultados que se obtienen a partir de ella. En ella, los viñedos son organismos complejos que deben ser tratados como un todo, algo así como que cada parte es eslabón de una cadena en la que ninguna de las partes es más importante que la otra.
Se ha ido popularizando rápidamente en regiones vitivinícolas como Francia, Suiza, Italia, Alemania, Chile, Canadá y Estados Unidos. En nuestro país, Finca La Carrodilla y Viñas del Sol son dos de las bodegas que está obteniendo grandes resultados a partir de su uso. Se calcula que existen más de 450 productores de vino biodinámico en el mundo, todos aprobados por la Asociación Demeter, el único organismo mundial que otorga la certificación.
Gracias a este tipo de práctica agrícola, los productores han notado mejorías en los viñedos, su biodiversidad, la fertilidad del suelo y el manejo de enfermedades en las plantas. Además, los productores explican que los vinos biodinámicos tienen sabores más fuertes, vibrantes y equilibrados.
Para seguir la práctica, es necesario alinearse con los 9 preparados que Steiner describió, como el uso de una mezcla de tierra negra y cuarzo molido dentro del cuerno de una vaca que se entierra en la tierra durante el otoño y se usa en la primavera al rociar los campos. También se agregan hierbas medicinales en la mezcla de abono, como flores de manzanilla, ortiga, corteza de roble, flor de diente de león, valeriana o cola de caballo.
Aunque este tipo de agricultura ha recibido distintas críticas en el mundo del vino, también tiene voces a favor por el uso de prácticas ecológicas y orgánicas. Te recomendamos probar alguno de sus vinos para ver si encuentras algún tinte inesperado que pueda volverte fan de la agricultura biodinámica.
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