Descubre cuál es la historia detrás de los nombres de algunos restaurantes.

Hemos comido ahí infinidad de veces pero rara vez nos hemos preguntado por qué les pusieron ese nombre a algunos restaurantes. Para quitarnos la duda les preguntamos a algunos restauranteros cuál es la historia detrás de cada uno.

Temporal
Así nos lo contó su chef, Diego Pérez Turner: “El nombre hace alusión a el hecho de que el menú lo cambiamos con las temporadas. Pero más a lo cambiante, a transformarnos, a no quedarnos en lo mismo, a no acostumbrarnos, a nuestra naturaleza cambiante. Me gusta más pensar en un temporal no como algo negativo, si no como  algo con mucha fuerza, intenso y potente; como esas relaciones amorosas tormentosas y apasionadas”.

Carolo
Su historia es muy linda, pues se llama así por Carlos “Carolo”, quien nació hace 33 años con síndrome de Down. Cuando Carlos tenía 25 años, descubrió su pasión: el pan. Como la familia quería que tuviera un buen futuro, decidieron crear una oportunidad para desarrollar su máximo potencial y montaron una panadería para Carolo. Así comenzó todo.

Taberna del León
La chef Mónica Patiño nos cuenta cómo empezó todo: “El nombre de La Taberna del León nace en 1978 cuando iniciaba mi carrera como restaurantera/ chef en Valle de Bravo.  Estaba muy joven y quería hacer un restaurante acogedor, pequeño, natural. Utilizando madera antigua de troje Tarasca y con la ayuda de mis padres nació una ‘Taberna’, pero le faltaba un apellido. Buscamos y buscamos y un día se manifestó el ‘del leon’, ¡Así de simple!”

La Polar
El nombre de la polar surge cuando su fundadora decide adquirir la cervecería de la esquina después de tener un puesto de birria. Se llama así para hacer alusión a que “la cerveza bien fría sabe mejor”, por eso se quedó con ese nombre.

Kaah Siis
Kaah Siis es un juego de palabras de origen maya ‘Kaah’ que significa ‘lugar de’ y ‘Siis’ que significa ‘fresco’. La cocina de Kaah Siis se hace tomando como centro del platillo, el producto y no la tradición de los platillos típicos mexicanos. Al ser de producto, obliga a la carta de este restaurante a tener cosas nuevas varias veces en la misma semana, esto nos ofrece probar platillos distintos bajo la misma línea cada vez que se visita el restaurante.

D’Kirico
La historia del nombre de D´Kírico surge debido a una costumbre de sus socios de este restaurante que consiste en tomar nombres de pintores para nombrar los restaurantes que van fundando. En este caso, se adaptó el nombre de Giorgio de Chirico, un pintor italiano nacido en Grecia. La pintura metafísica de Chirico es considerada una de los mayores antecedentes del movimiento surrealista.

Alfredo di Roma
Se llama así porque el fundador se llamaba Alfredo di Lelio quien puso su primer restaurante en Roma, quien además fue el creador de la receta del fetuccinne Alfredo.

Au Pied de Cochon
Su nombre surge de la pata de cerdo horneada que fue por muchos años el platillo más emblemático y solicitado desde sus inicios en París.

Palm Restaurant
Originalmente fue fundado en Nueva York por los hermanos Parma en los años treinta. Cuando fueron a registrarlo y como no hablaban bien inglés, los que lo registraron entendieron Palma, en lugar de Parma y lo dejaron como Palm.

Chapulín
Se rescató el nombre, porque el hotel Presidente donde se aloja, originalmente se llamaba así. De hecho, todavía mucha gente se refiere al hotel con su primer nombre.

Bretón

“Teníamos una cierta idea de ponerle al restaurante un nombre un poquito francés. En algún momento pensamos en llamarlo La Broche –como sabes, à la broche es una forma de decir 'rostizado en rosticero'– pero creímos que nos condenaría a hacer cocina "francesa" y nada más. En una sesión de nombres Juanjo, que luego se convertiría en nuestro socio, propuso Bretón. Tenía el retintín francés pero también traía a la mente a un poeta y no parecía condenarnos a hacer ninguna cocina en particular. Era viernes y nos fuimos al fin de semana con esa y otras propuestas; para el lunes ya se nos habían olvidado y Bretón se había quedado definitivamente. Por cierto, muy al principio Andrea, también socia, quería ponerle Pollitos Muertos. Gran nombre. Nadie se lo robe.” – Alonso Ruvalcaba