Diseño en la cocina.

Tal vez no te habías percatado, pero el acto del comer está intrínsecamente ligado con el diseño. Es quizás a partir del diseño y el uso de utensilios para cocinar y para comer, que el hombre puso un pie en la modernidad. La alimentación y el diseño crean una relación ineludible. La creación de herramientas y sistemas para la producción, preparación y consumo de alimentos le ha permitido a la humanidad conocer y explorar las posibilidades en la optimización, diversificación y disfrute de una actividad históricamente conectada con las necesidades básicas del hombre. El diseño ha colocado en las manos de la sociedad innumerables maquinarias y artefactos que participan en todo el ciclo de la alimentación. Ha estado presente, y con una gran fuerza, en productos muy cotidianos: mesas, sillas, cocinas, cubiertos, platos, vasos. En las formas de estos últimos objetos, llamados tabletop o tableware, se podría contar la historia de sociedades enteras.

Mucho camino hemos recorrido desde que Catalina de Médicis introdujo el novedoso concepto de comer con tenedor en la corte francesa en el siglo XVI, sin embargo no deja de asombrarnos que existen muchas personas que dedican su vida a imaginar y desarrollar las más diversas herramientas para cocinar, para presentar platos novedosos y volver loco al comensal. Desde ollas y sartenes, pasando por sifones y cubiertos especiales, hasta las más complejas herramientas que construyen el escenario del placer para comer.

Con el desarrollo del diseño, la sociedad civilizada ha logrado colocar alimento en la boca de la gente. Es curioso observar de qué manera el diseño ha permitido dar pasos agigantados en cuanto a técnicas culinarias y presentación de alimentos, aunque en otras áreas la evolución parece estática. En el artículo “Food for tomorrow? How the scientific discipline of molecular gastronomy could change the way we eat”, publicado en 2006, el químico francés Hervé This advierte que “las cocinas están equipadas con básicamente las mismas ollas, batidores y tamices que las cocinas utilizados en el siglo XVII…“.

Aún así, con la gastronomía se han abierto nuevos espacios de trabajo para los diseñadores. Los productos tradicionalmente utilizados se revalorizan con esta mirada más amplia del hecho culinario, al mismo tiempo que se abre la posibilidad de presentar platos de manera sorprendente, convirtiendo platillos en obras de arte.

Para ejemplificar este desarrollo moderno del diseño en la cocina, es conveniente revisar el trabajo de Martin Kastner, el diseñador de vajilla y utensilios del restaurante Alinea en Chicago. Cuando se está frente a uno de los restaurantes más innovadores en el mundo en cuanto a presentación de sabores, diseño visual y sensorial de platos, el comensal rara vez piensa que el diseño industrial juega un papel crucial. Imagínalo así: si Grant Achatz (chef del restaurante Alinea) fuera el agente 007, Kastner sería “Q”, aquel que diseña los artefactos para presentar los platillos de célebres chefs como Achatz,Alex Stupak de Empellón y Eric Ripert de Le Bernardin. Kastner y su empresa Crucial Designson responsables de materializar los sueños más locos que cada cocinero propone para divertir al comensal y hacer algo inverosímil: cambiar la manera del comer.

Es tal la importancia que el diseño tiene en nuestra vida diaria que un grupo de chefs liderados por Ferrán Adrià, Heston Blumenthal, Davide Scabin y Grant Achatz crearon la International Food Design Society, una organización sin fines de lucro cuyo propósito es crear una red internacional de diseñadores, cocineros, académicos, industrias alimentarias y foodies que contribuyan al desarrollo de una disciplina de diseño de elementos de cocina. Su página webifooddesign también aspira a convertirse en el lugar para reunir investigaciones, experiencias y conocimientos alrededor del diseño de alimentos.

Estas investigaciones y desarrollos de diseño en la gastronomía nos han llevado a disfrutar más la parte estética y sensorial de lo que comemos, pues el diseño está cada vez más cerca de la cocina en los asuntos de comunicación visual, el diseño de información y los modelos de visualización integrados en el proceso culinario y gastronómico. Mucho camino queda por recorrer, pero por ello no dejes de detenerte a observar con curiosidad cada vez que tomes un utensilio en tu cocina, por más pequeño que sea, ya que éste seguramente tiene grandes historias qué contar y muchas horas de diseño invertidas en él para hacerte la vida más placentera y hasta hacer sorpresiva la experiencia al cocinar y al comer.

Texto basado en la publicación original de Ignacio Urbina endi-conexiones.
Ignacio Urbina Polo es diseñador industrial con Maestría en Desarrollo de Productos y especialización en Biónica. Investigador en el Laboratorio Brasileiro de Design Industrial [LBDI], Florianópolis, Brasil.
Miembro Asesor de la Bienal Iberoamericana de Diseño, Madrid, desde 2007.?Miembro del Comité de Selección de Design Excellence Brazil 2010.?Actualmente reside en Brooklyn, New York, trabaja en el Departamento de Diseño Industrial de Pratt Institute y desarrolla proyectos de forma independientes.

Fotografías: eatmoredrinkmore.com / http://www.allenhemberger.com