Hernández González era gran admirador y amigo del maestro en tauromaquia Rodolfo Gaona, por dicha razón bautizo a su original platillo, cuya cuna fue Azcapotzalco, como una de las suertes del afamado torero; una suerte en redondo que le fue muy ovacionada en sus tardes de faena.
Después de Azcapotzalco, la familia Hernández ha abierto otros establecimientos en la ciudad de México, por cierto al tener su propia ganadería en el estado de Guanajuato, cuenta con la facilidad de abastecer a sus ocho restaurantes de carne de primera con toda su frescura al grado de que el congelador de cada uno de sus establecimientos solo lo utilizan para guardar helado.
Asimismo, las gaoneras, como platillo de exportación, son el pretexto ideal para dar a conocer a nivel internacional los vinos mexicanos los cuales hacen perfecto maridaje, al igual que la dulcería típica mexicana como las alegrías, obleas, garapiñados, el café de olla y sopas como la azteca y la chintololo preparada con caldo de res, morcilla, elote, garbanzo y chistorra. Fuente: Pablo Oria y Daniel Loaeza