Algunos de los mejores desayunos en la Ciudad de México

“¿Hay alguna cosa más bonita que hacer para alguien que prepararle el desayuno?”
 —Anthony Bourdain.

El consejo número uno de cualquier nutriólogo siempre es y será: “¡Desayuna! El desayuno es el alimento más importante del día”. Sin embargo, romper el ayuno después de horas de sueño es una actividad a la que a veces le prestamos poca atención, como si fuera algo que se tiene qué hacer. ¡Grave error! Es como si te acabaran de dar un Porsche con el tanque vacío y lo llenaras con cualquier gasolina.

Con intención de darle la importancia que se merece al desayuno, exploramos algunos lugares de la Ciudad de México y encontramos que hay siempre hay un lugar y un menú que cumple distintos antojos y necesidades. Desayunos de recuperación para después de correr 10 kilómetros, chilaquiles de campeonato, mimosas para consentirse y opciones para comer rico y mantener la línea. Hay de todo. Aquí nuestras recomendaciones:

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Para corredores: Fonda Garufa.
Este lugar acaba de cumplir 23 años de ser uno de los consentidos de la Condesa, en parte por su rica cocina pero sobretodo por ser el lugar donde uno siempre es consentido. Garufa también destaca por ser el oasis al que todo corredor llega a recuperarse después de entrenar o de correr una carrera. ¿Por qué?: porque te reciben con una bolsa de hielo para aliviar las rodillas cansadas y luego te ofrecen un desayuno de primera —recomendamos especialmente los huevos benedictinos y el lassi de menta– y además al final puedes gozar de un descuento de corredor.  
Garufa se ha ganado el mote de lugar favorito de la comunidad runner con justa razón: cada vez que hay en puerta algún maratón, como el de Chicago, el de la Ciudad de México o el de Nueva York, organizan una cena para cargar carbohidratos y despedir a los competidores. Los amamos.

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Para el brunch dominical: Reforma 500 de Four Seasons.
Uno de los clásicos del DF. Ideal para disfrutar un día de sol en su patio central al aire libre acompañados por la música de un trío que canta lo que se le pida. Está diseñado para cumplir antojos en sus siete estaciones (paella, pastas, ensaladas y carnes frías, sushi, mariscos y ceviches, parrilla argentina, antojitos mexicanos y postres).

La experiencia se inicia siempre con una mimosa y si se desea –y se paga un precio adicional– se puede disfrutar de champaña ilimitada. Cuenta además de una zona para niños para que se diviertan mientras son dirigidos en diversas actividades por un equipo de niñeras. La idea general es ir a relajarse, comer de todo y disfrutar de la cocina del chef Edgar Kano.

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Tradicional: Azul Histórico & Azul Condesa.

El chef Ricardo Muñoz Zurita es un investigador incansable, especialista en detalles y apasionado de los sabores mexicanos auténticos. Como es de esperarse, la experiencia de desayunos en los restaurantes Azul Condesa & Azul Histórico sigue su filosofía de principio a fin.

Recomendamos avocarse de lleno en los sabores que ofrece, comenzando por un chocolate caliente con 15 opciones de sabores a elegir de un chocolate tabasqueño que se prepara en Oaxaca y que puede disfrutarse con base de agua o leche. Después elige los huevos rancheros estrellados con hoja santa; los huevos revueltos con machaca de venado; el panucho de cochinita pibil; las enchiladas de Jamaica orgánica o los tradicionales chilaquiles Azul y Oro. Y, si queda un huequito, aprovecha y pide una orden de pan francés de plátano con chocolate para compartir.

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Para cuidar las calorías: Carolo.
Un favorito del poniente de la ciudad que ahora cuenta con varias sucursales. Si no estás cuidando la línea, recomendamos probar algo de su panadería que se hornea a diario y es una de sus especialidades.

La ambientación acogedora de Carolo lo hace un lugar muy cómodo para un encuentro entre amigas o para llevar a los abuelos a desayunar en domingo. Para la dieta recomendamos coctel de fruta con agua de rosas y pistaches; quinoa aromática con canela;  cazuela de hongos con tortillas de nopal o unos chilaquiles light. Si quieres un postrecito y el aroma del pan recién horneado te mata de antojo entonces ábrele tu corazón (y panza) a un cachito de pan de elote sin gluten –total que no inflama.

Por fortuna, la Ciudad de México tiene mucho que ofrecernos en temas gastronómicos, así que no hay excusa para no desayunar lo más sabroso posible. Aquí te dejamos una lista de más restaurantes ideales para desayunar. ¡Buen provecho!