Descubren que el refresco de dieta te hace engordar en lugar de hacerte perder peso

Un nuevo estudio publicado en el Journal of the American Geriatrics Society descubrió que la gente que consume refrescos de dieta ganó el triple de grasa abdominal en nueve años que aquellos que no la consumían. El estudio analizó datos de 749 personas de más de 65 años a las que se les cuestionaba cuántas latas de refresco regular y de dieta bebían diariamente.

Las respuestas resultaron extraordinariamente predictivas en cuanto al aumento de grasa abdominal, aun cuando los investigadores se ajustaban a factores como diabetes, niveles de actividad física y consumo de cigarrillos. La gente que no bebía refresco de dieta aumentó en promedio 2 cm en la cintura mientras que la gente que bebía refresco de dieta aumentó 8cm en la cintura. El aumento de grasa en la cintura es especialmente preocupante porque está asociado con el incremento de enfermedades cardiovasculares, inflamación y diabetes tipo 2.

Además encontraron que el aumento de grasa abdominal se daba más en personas que ya tenían sobrepeso lo que los ponía aun más en peligro. La Dra. Helen Hazuda dijo al respecto "eso las pone en doble o triple peligro... cuando creen que están haciendo algo bueno al elegir bebidas endulzadas artificialmente resulta ser algo totalmente contraproducente".

¿Por qué pasa esto?

Aunque no hay una respuesta en concreto, los investigadores tienen varias teorías:

1) Los endulzantes artificiales de los refrescos de dieta, endulzan la bebida de 200 a 600 veces más que el azúcar natural.  El cuerpo está acostumbrado a saber que un sabor dulce significa que estás ingiriendo energía en la forma de calorías, que si no se queman se convierten en grasa. En el caso de los endulzantes artificales, lo que pasa es que "confunden" al cuerpo y debilitan el enlace entre el cerebro y su asociación con lo dulce y las calorías, lo que hace que cada vez quieras más alimentos dulces y ganes más peso.

2) Otro estudio hecho en ratones encontró que los endulzantes artificiales cambian la flora intestinal lo que los vuelve vulnerables a ser resistentes a la insulina e intolerancia a la glucosa -lo que provoca aumento de peso. El mismo estudio demuestra que los endulzantes artificiales están asociados con una disminución de la hormona reguladora del apetito -la leptina, lo cual inhibe el hambre.

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Basado en un texto de Time Magazine.