Locos por la comida

Es bien sabida la relación particular entre los mexicanos y la comida, sobre todo si es picante. Escribió al respecto Juan Villoro: “Hacer algo ‘a valor mexicano’ significa hacerlo con muchas molestias y ninguna racionalidad. El principal rasgo de este masoquista sentido del honor consiste en comer chile a granel”.

La relación con la comida va más allá de una necesidad básica, nosotros convivimos con ella, es parte de nuestro ser y de nuestra cultura. La amamos de formas distintas y lo demostramos cada que se nos da la oportunidad. Estamos locos por ella.  

Pero el amor a veces no entiende de razones y por eso por más que pique un chile, por más que escurra la grasa, por más misterioso que sea el origen de la carne del taco, ahí estaremos y no nos temblará la voz al pedir “otros dos con todo, mi joven”.

Dice al respecto Juan Villoro también que “sobrevivimos porque recurrimos a demasiadas formas contradictorias de hacernos daño”.  Se le olvidó agregar que también cualquier mexicano sabe que sobrevivirá después de cualquier comilona si alguien le acerca un vaso con un líquido burbujeante con sal de uvas Picot.  

Joven, vaya preparando otros tres.