Está un poco escondido y pareciera que no hay espacio, pero es un lugar muy agradable con una pequeña terraza muy coyoacanense (flores, plantas y especias). Tienen menú de comida a precio razonable y raciones de buen tamaño. Incluye opciones vegetarianas. Su carta también tiene buena variedad (hasta para veganos). La atención es muy amable, aunque a veces se olvidan de uno. A veces puede ser un poco ruidoso, más por los dueños que por los comensales. En definitiva regreso.