Sólo he ido una vez y la experiencia fue muy buena. Lo que pedimos estaba delicioso al igual que los postres (la Pavlova no tiene comparación) y los meseros muy atentos. Lo que pueden mejorar es el recibimiento, entramos y no había quien nos recibiera, había personal en la barra y sólo se quedaron viendo sin tomar la iniciativa, lo que hace que uno se sienta muy incómodo.
Pésimo servicio, los meseros se sienten dueños y por pedir carta de bebidas y una jarra de agua , el mesero me aventó el vaso y sirvió agua todo enojado desparramandola y salpicando todo. Simplemente nos salimos.
Celebre el cumpleaños de mi esposa ahí el pasado 19 de diciembre y fue una experiencia sensacional, fantástica. La comida, el servicio y el lugar, simplemente de lo mejor. La atención del personal en especial Pablo y Eloy, sobresaliente. Bravo continúen así.