me habían contado maravillas, no es que esté mal pero no sé qué les pasa actualmente a los meseros que se creen dueños del lugar, recibí insultos por no decidirme por valet parking, mentiras de que no me podía estacionar en LA CALLE porque vendría una pipa, que jamás llegó, todo por agandallarse el lugar, me interrumpieron en mi conversación por el ansia de que me estacione bajo sus órdenes, estuve a punto de no quedarme de no ser que esperaba a alguien. No hay con quien quejarse, son una mafia