el viernes pasado llegué a la hora de mi reservación, estaba lleno el lugar no había mesa, como 10 minutos después y llegó una pareja que se metió a esperar, me volvieron a decir que desocuparían la mesa, tiempo después cuando estuve en la barra esperando la mesa y a lado estaba esta pareja, quien llegó sin reservar y después que yo, le asignaron su mesa antes.
me llevé una mala impresión de esto, en este lugar no se tiene que reservar, llegas y te metes, como en un fast food.
En resumen, Precios justos, sabores sofisticados, pan fresco, mucho oficio restaurantero. Bonito, y agradable. Quiza le falta un poco al servicio, pero los meseros terminaran entendiendo a su clientela