El lugar es muy agradable, la terraza muy amena, te hace olvidar un poco la gran ciudad... solo pedimos pizzas y estuvieron muy ricas... desafortunadamente el mesero que nos atendió arruinó la velada con unos modos bastante groseros, contrastantes con la muy buena atención de la hostess y el capitan... la carta de vinos y postres sin información y/o descripción suficientes... pero vale la pena darle una oportunidad al lugar... PD: el valet parking el mas atento y educado que he conocido