No es lo mismo disfrutar la comida si la digestión es mala, pero con diez consejos básicos lograrás que tu estómago trabaje como debe y te permita seguir comiendo lo que más te gusta.
Aquí nuestros consejos:
- Comer suficiente fibra. La fibra es muy nutritiva, disminuye los niveles de colesterol y ayuda a una rápida sensación de saciedad. Además, mejora y acelera la digestión
- Tomar agua. No es necesario seguir la estricta regla de tomar 2 litros diarios de agua, pero sí es importante mantenerse hidratado con agua natural. Ayuda a la digestión y evita estreñimiento.
- Evitar los ayunos prolongados. Pasar mucho tiempo sin comer hace que los jugos gástricos actúen sin alimento, esto causará gastritis y colitis. Además, no comer por la mañana provoca hambre que asegurará que en la comida haya una ingesta excesiva.
- Evitar el exceso de grasa. Las grasas son necesarias, pero cuando se consumen en cantidades grandes, además de los efectos conocidos y obvios, aparece el reflujo incómodo.
- Evitar los refrescos gaseosos. Lo único que provoca el consumo del refresco durante la comida, además de la absurda cantidad de azúcar que aporta, es que aparezcan gases, eructos y un estómago inflamado.
- Medirse en las porciones. La digestión es más fácil cuando la ingesta de comida se divide en muchas y pequeñas porciones.
- Masticar lento. El masticar rápido triplica las posibilidades de tener sobrepeso, porque la señal de saciedad tarda en llegar.
- Evitar laxantes químicos. Algunos antibióticos y laxantes dañan la flora estomacal.
- Caminar después de comer. Ejercitarse ayuda a la digestión, es suficiente con caminar 20 minutos después de la comida.
- Evitar la siesta después de comer. La comida generalmente nos deja sueño y pesadez, pero dormir después de comer produce acidez, reflujo e interviene en la mala calidad del sueño.