Fantasmas en restaurantes del DF

La historia de la restauración no sólo va acompañada de disfrutar grandes comilonas en compañía de amigos y familia en días felices, es también lugar de historias trágicas que han quedado para siempre marcadas en el colectivo popular. Alrededor del mundo existen restaurantes icónicos que han sobrevivido a través de los años, no sin escapar a las más diversas leyendas que se han originado en su interior, protagonizadas por algunos personajes que han preferido permanecer en esta dimensión para causar sorpresa a los parroquianos actuales.

La Ciudad de México alberga restaurantes que han visto pasar siglos de historia, por ello no causa sorpresa que varios destaquen por ofrecer toda clase de leyendas a su alrededor. Te compartimos las historias de los fantasmas más famosos que siguen habitando algunos restaurantes del DF para ver si te animas a hacerles una visita y tener algo adicional que contar más allá de una experiencia gastronómica.

La monja del Café de Tacuba

El Café de Tacuba fue fundado en 1912 y ha sido sede de diversos infortunios como el asesinato del político Manlio Fabio Altamirano en 1936 o el incendio que destruyó el salón principal en 1999. Pero son las apariciones del fantasma de una monja el caso que nos atañe, quien ha sido vista por empleados y comensales por años.

El edificio que aloja el restaurante data desde tiempos coloniales e inicialmente fue sede del primer hospital psiquiátrico de la ciudad el cual era administrado por la Orden de las Hermanas Clarisas. Cuenta la leyenda que el fantasma que se ve en el lugar es el de Sor María Blasa de Sacramento, una mujer del siglo XVII que siempre quiso dedicar su vida a la cocina pero vio su sueño truncado por la voluntad de su padre, quien quería que fuera monja y por ello la llevó con las hermanas clarisas. Un día uno de los internos del hospital psiquiátrico la vio y quedó enamorado perdidamente de ella y en un episodio de locura, la mató. Ahora su espíritu puede verse paseando por el lugar, vestida siempre de blanco.

Los fantasmas del Sanborns de la Casa de los Azulejos

La Casa de los Azulejos es también un edificio colonial famoso por su fachada de talavera poblana y por haber servido grandes banquetes a personajes icónicos de nuestra historia como Porfirio Díaz, Emiliano Zapata, Francisco I. Madero y Pancho Villa.

Pero es también hogar de un grupo interesante de personajes del más allá que se resisten a marcharse. El primero es Don Andrés Diego Suárez de Peredo quien fue apuñalado mientras bajaba las escaleras y murió ahí; hoy su sombra se pasea por la escalinata que es adornada por el mural de José Clemente Orozco. Se cuenta además que el restaurante es visitado por una señora elegante que va vestida con capa y que pasea por las mesas del segundo piso; o que los baños son hogar de un señor que va ataviado con botas y ropas de otros siglos, que gusta de abrir las llaves de los lavabos y jalar las palancas de los excusados.

El monje de la Hostería Santo Domingo

Es uno de los restaurantes más antiguos de la Ciudad de México que abrió sus puertas en 1860 y ha sido visitado por famosos personajes desde que inició operaciones. Debe gran parte de su fama a ser el segundo restaurante que abrió en el DF (la extinta cantina El Nivel fue el primero) y a que sirve chiles en nogada durante todo el año.

El edificio que hoy aloja al restaurante data del siglo XVI  fue en un principio el Convento de Santo Domingo de Guzmán que alojaba a los frailes de esa orden. Pues bien, uno de esos frailes decidió permanecer en el lugar por siempre y puede vérsele aun por las noches siempre encapuchado vagando por el edificio. Cuenta la leyenda que su misión es proteger un tesoro que está enterrado en algún lugar y por eso cada noche se pasea en cada habitación para vigilar que nadie se lo lleve.
¿Será cierto?, ¿serán leyendas?, ¿cuentos de la mercadotecnia? Es mejor averiguar. O no.